El viaje del alma
El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS
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miércoles, 2 de septiembre de 2015
Sólo yo soy dueño de mis pensamientos
Perlas para el alma
Todo nuestro mundo, toda nuestra
vida, todo lo que experimentamos está hecho de pensamientos.
Tenemos
pensamientos buenos y pensamientos malos. Nuestra mente está en un dialogo
permanente, unas veces cuestionándolo todo, juzgándolo todo, culpabilizándote a
ti y a tu entorno, atemorizándote, y otras alabándote, viendo la bondad en los
demás, expresando compasión y ternura. Por lo tanto nuestra mente, y de rebote
nuestra vida está llena de claroscuros, nada es solo luminoso, ni nada es todo
negrura.
Si aceptamos que somos lo que
pensamos, y que tenemos la vida que pensamos, está claro que tenemos una
poderosísima herramienta para ser felices, para estar alegres, para demostrar
ternura y para ser compasivos. Sólo hay que permitir los pensamientos buenos.
Si
aceptamos, también, que sólo uno mismo es responsable de sus pensamientos, y
que ninguna otra persona te obliga a pensar de determinada manera, si uno mismo
no elige los pensamientos buenos para ser feliz, que no se queje del vecino,
porque su dolor o su desdicha solo es su responsabilidad.
Yo creo que......
“Yo creo que…”,
es el inicio de una frase que utilizamos con frecuencia, porque todos y cada
uno de nosotros tenemos nuestras propias creencias. Creencias que normalmente
defendemos, a veces hasta levantando la voz, otros se enfadan y dejan de
dirigir la palabra a otros que proclaman creencias diferentes, los hay que
hasta llegan a matar por defender sus creencias, y a algunos de estos hasta les
homenajean por su heroicidad.
Antes de
seguir quiero dar una sucinta pincelada de lo que es Dios. Dios Es, Dios es
Todo, Dios es Uno, Dios es Unidad. Nosotros los seres humanos nos proclamamos y
nos proclaman como Hijos de Dios, por lo tanto tener el mismo Padre nos hacer
hermanos, nos hace Uno, nos une en Dios.
Si Dios es
Uno, la Verdad solo puede ser una, única. No puede haber dos verdades, ni
medias verdades, ni verdades parciales, ni medias mentiras, ni verdades rosas,
ni verdades amarillas, hay una Verdad y punto.
Los seres
humanos somos muy importantes, mucho más incluso que los que se “creen” el ombligo
del mundo. Pero hay una gran diferencia entre la importancia real y la
importancia “creída”.
Los que se saben importantes, muy
pocos, posiblemente se puedan contar con los dedos de una mano, no tienen
creencias, saben. Saben que son hijos de Dios, saben que todos somos lo mismo, saben
que solo hay una Verdad y no creen otras verdades, saben que todos somos
hermanos y respetan sus verdades y sus creencias, saben de la mutabilidad de
todo lo que coexiste en la materia y esperan pacientes, porque el tiempo no
importa para ellos, que regrese su hermano de su propia creencia.
Los que se “creen” importantes no se
sienten unidos a nada, defienden su espacio y su creencia hasta con la vida,
reniegan del resto de creencias, reniegan de su hermano, que es lo mismo que
renegar de Dios.
Las creencias separan, y son
creencias las religiones y las opciones políticas, que son las dos grandes
tendencias que arrastran tras de sí a todo el género humano.
Los seres humanos solo estamos en
este lado de la vida para expandir la conciencia, para respetar, para amar, para
actuar con generosidad, para actuar con dignidad, para volver a Dios, y seguir
las creencias es juzgar, es discriminar, es separar, es dividir, es temer, es
odiar, y todo eso no expande la conciencia, la constriñe.
Piensa en cuantas son tus creencias,
pues ten por seguro de que te estás separando de tus hermanos que tienen
creencias distintas.
Cree en Dios, cree en tu hermano,
actúa como si tu hermano fueras tu mismo, y así acabaras con el hambre en el
mundo, acabarás con las guerras, acabarás con la discriminación, acabarás con
las injusticias, acabarás con el dolor y con el sufrimiento, acabarás con la
muerte.
lunes, 31 de agosto de 2015
Shunya Mudra - Mudra del Vacío
SHUNYA MUDRA – MUDRA
DEL VACÍO
Cómo se hace:
Mantener el dedo medio doblado, tocando el Monte de Venus y
presionarlo con el dedo pulgar. Mantener rectos los otros tres dedos. Realizarlo
con las dos manos.
Sirve para:
Reduce el embotamiento en nuestro cuerpo. Especialmente
indicado para paliar problemas de oído
y de audición.
Puede curar con rapidez dolores de oído y, si se practica
durante cierto tiempo, casi todas las afecciones de este órgano.
Es un mudra muy interesante que nos
pone en contacto con esa parte de nosotros mismos a la que pocas veces
prestamos verdadera atención: nuestra voz interior.
Está
directamente relacionado con el quinto chakra y el sexto chakra.
Duración:
Puede practicarse de 40 a 60 minutos, todos los días, hasta
que la enfermedad desaparezca.
Beneficios:
Alivia un dolor de oídos en 5 minutos.
Es útil para las personas sordas, pero no para los que lo son
de nacimiento.
Beneficioso para personas con problemas mentales.
sábado, 29 de agosto de 2015
Por supuesto que toda la culpa es tuya
Todos los seres humanos estamos
plenamente convencidos de que todos nuestros males tienen como origen causas
externas, las mismas circunstancias de la vida y por supuesto, la actuación, la
mala fe y la manera de ser del resto de seres humanos. Con una excepción, la
enfermedad física, de la que no solemos habitualmente culpar a otros, de hecho
no culpabilizamos casi nunca a nadie de nuestra mala salud, aunque a veces nos
dan tentaciones de culpabilizar a Dios, y si no le culpabilizamos abiertamente,
si caemos de la tentación de increparle por dicha enfermedad con la frase:
“¿Por qué a mi Señor?, si no hago mal a nadie”.
Es más que posible que tú también te
encuentres entre las personas que culpabilizan de todos sus problemas al resto
del mundo. Lo que no se si has pensado alguna vez es que los demás te están
culpabilizando también a ti de sus desgracias.
En fin, que de todo lo que nos
ocurre, ya sea física, mental o emocionalmente, la culpa la tienen otros: o la
tiene Dios o la tiene el resto del mundo. ¡Qué lejos estamos de la realidad!,
medio mundo culpabilizando al otro medio, cuando nadie, absolutamente nadie es
responsable de lo que le ocurre a otra persona. Sólo uno mismo es responsable
de sus sufrimientos y de sus alegrías, de su salud y de su enfermedad.
El único problema de casi todos los
seres humanos es dejar que la mente campe a su antojo, en unos casos por
desconocimiento, y en otros, conocedores del maravilloso poder de la mente, por
la falta de voluntad para dominarla y utilizarla en beneficio propio.
La espoleta de todos nuestros
problemas es la mente, hemos de tener en cuenta que la mente siempre está
elucubrando, siempre maquinando, siempre imaginando, siempre recordando,
siempre comparando, siempre juzgando; la mente no descansa, siempre hay
pensamientos: Pensamos en lo que paso ayer, o anteayer, o hace una semana, o el
verano pasado, pensamos en lo que dijimos, en cómo lo hicimos, en que lo podíamos
haber hecho de otra manera, pero claro después de cómo se comportaron no quedó
más remedio que decir eso y de esa manera. Pensamos en lo que nos hicieron, o
en lo que nos dijeron, o en aquello que nos contaron que dijeron de nosotros, o
que no hicieron aquello que esperábamos que hicieran, o que no fueron
agradecidos después del sacrificio que habíamos hecho, etc., etc., etc.
Pensamos en lo raro que está fulanito, “¿Será que le habré hecho algo?, yo no
merezco un trato así.” Pensamos en mañana, en pasado mañana, en el próximo
verano, en lo que haremos, en como lo haremos, en lo que esperamos conseguir,
en cómo nos vamos a comportar, en cómo esperamos que se comporten con nosotros.
Pensamos, en fin, en un millón de simplezas como estas un minuto tras otro, y
así casi eternamente.
Y mientras ocurre todo eso, la vida
sigue pasando, pero estamos tan ocupados en nuestro ruido interior que no somos
conscientes de casi nada de lo que pasa por delante de nuestras propias
narices.
Todos estos pensamientos producen un
determinado tipo de energía en función del tipo de pensamiento. Cada pensamiento
genera su característica energía según sea de rabia, de odio, de culpa, de
miedo, de ira, de desconfianza, etc. Y es esta energía la que nos hace estar
con un determinado sentimiento y con una determinada situación emocional.
Justamente esa que achacamos a los demás solo es debido a nuestro pensamiento
sobre cada asunto.
Pero hay más, con esa energía que
estamos generando estamos alimentando a nuestro cuerpo físico, y de tanto
alimentarlo con energía sucia, se ensucia el cuerpo físico y aparece la
enfermedad, de la que podemos culpabilizar al propio Dios, si nos apetece, pero
solo nosotros somos responsables.
Es bien cierto que se puede pensar: “Si
no me hubieran hecho tal cosa, o dicho tal otra, yo no le daría vueltas en la
cabeza, y así no habría generado ni ese sentimiento ni esa situación emocional,
por lo tanto la culpa es del que me hizo tal cosa o me dijo tal otra. Y no es
culpa mía por lo tanto el que no salga de mi cabeza”.
Si alguien piensa esto, lamento
decirle, con todo respeto, y siempre desde mi creencia y mi propia experiencia,
que se equivoca. Cualquier cosa que nos hagan o nos digan, por muy mala que
sea, ocurre en un momento. La persona que nos ha ofendido, se va a quedar tan
feliz, o no, pero a nosotros nos da lo mismo. Por más vueltas que le demos en
la cabeza a la misma situación, no vamos a solucionar nada, ya no se puede
volver atrás en el tiempo, no se puede borra el hecho o las palabras dichas,
¿Para qué recordar siempre lo mismo, sabiendo que nada va a cambiar y sabiendo
que además nos afecta negativamente tanto emocional como físicamente?
Podemos realizar una serie de
acciones, como denunciar a la persona, o dejar de hablarla, o separarnos de
ella, o etc., pero una acción que no debemos llevar a cabo bajo ningún concepto
es pensar en el hecho una y otra vez, señalando en nuestro pensamiento a la
persona por ser la culpable de los males que nos aquejan o van a empezar a
aquejarnos. Solo nosotros somos responsables de nuestros pensamientos y de todo
lo que estos generan, por lo tanto lo único efectivo es tomar las acciones que
la situación aconseje, y no volver al mismo pensamiento de manera reiterada.
De las cuatrocientas y pico entradas
que hay en este blog, más del cincuenta por ciento hablan de lo mismo, De los
infinitos post que se cuelgan en las redes sociales, más de la mitad hablan de
lo mismo. De los miles y miles de libros de ayuda y autoayuda más de la mitad
hablan de lo mismo.
¿Será que tienen razón?, pues
entonces, ¿A qué esperas para dejar de dar pábulo a las simplezas del resto del
mundo y centrarte en conseguir la felicidad en tu vida? Si no lo consigues no
culpabilices a los demás, es tu responsabilidad.
jueves, 27 de agosto de 2015
Gyan Mudra - Mudra del Conocimiento
GYAN MUDRA – MUDRA DEL CONOCIMIENTO
Tocar la punta del dedo pulgar con la punta del dedo índice.
Mantener juntos y rectos los otros tres dedos. Hacerlo con las dos manos.
Sirve para:
Como es el mudra del conocimiento mejora el conocimiento. La
punta del dedo pulgar es el centro de la pituitaria y de las glándulas
endocrinas. Cuando pulsamos esos centros con el dedo índice, las dos glándulas
trabajan activamente.
Duración:
No hay un tiempo particular de duración para este mudra.
Puedes practicarlo de pie, sentado o acostado en la cama. Hazlo cuando tengas
tiempo.
Beneficios:
Aumenta la capacidad de la memoria y agudiza el cerebro.
Mejora la concentración y evita el insomnio.
Si se practica con regularidad puede curar los desordenes
psicológicos como la histeria, la ira y la depresión.
miércoles, 26 de agosto de 2015
Cantos de sirena
Las sirenas eran unas ninfas marinas
que, en la mitología, atraían con sus cantos dulces e insinuantes a los marinos
hacia los escollos de la costa, donde, tras hacerles naufragar, los devoraban,
no dejando de ellos más que los huesos amontonados.
Advertido
por la diosa Circe de lo peligroso que era el canto de las sirenas, Ulises
ordeno taponar con cera los oídos de sus remeros y se hizo atar al mástil del
navío. Si por el hechizo musical pedía que lo liberasen, debían apretar aun más
fuerte sus ataduras. Gracias a esta estratagema Ulises fue el único ser humano
que oyó el canto y sobrevivió a las sirenas, que devoraban a los incautos que se
dejaban seducir.
Empleamos
esta expresión para advertir del peligro de dejarse seducir o llevar a la
perdición por falsas promesas o incitaciones ilusorias. Pero tendríamos que
utilizar muchísimo más esta expresión, porque todos y cada uno de nosotros
convivimos con una sirena, que sabe entonar todo tipo de melodías, que nos
incita con sus falsas promesas, que nos seduce con su dulce música y nos
arrastra en pos de sueños que se convierten en humo al acercarnos a ellos.
Nuestra
sirena particular no es una dulce e insinuante ninfa, es nuestra mente, que por
todo lo que maquina y promete más parece una bruja terrorífica y tenebrosa. Todos
tendríamos que tener, como Ulises, un mástil al que poder atarnos y unos
remeros que nos ataran para no seguir los dictados de la mente perversa, que
cuando nos atrapa en sus redes deja amontonados no nuestros huesos, ya les
gustaría a muchos que así fuera, sino que amontona sobre nuestra vida nuestras
más lúgubres emociones.
No es dura
la vida, no nos lleva la vida ni al sufrimiento, ni al dolor, no es la vida la
culpable de nuestros miedos, ni de nuestros fracasos, no lo es de nuestra rabia,
ni de nuestra tristeza, no es la vida la responsable de los infinitos males con
los que convive el ser humano. Es nuestra mente, y más concretamente los cantos
de sirena de nuestra mente.
La mente
no tiene ningún reparo en culpar a los demás de desgracias propias, y de
hacernos culpables de las desgracias ajenas. La mente, cual sirena, nos
arrastra con su canto una y otra vez a recordar lo más tenebroso de nuestro
pasado, nos impulsa a dudar sin compasión sobre qué hacer en el futuro, pero es
incapaz de mantenerse en silencio para vivir, escuchar y disfrutar el presente.
No existe
manera de taponarse la conciencia para no escuchar a la mente, este es nuestro
sino, escuchar permanentemente las simplezas de una mente que vaga a la deriva,
como las hojas movidas por el viento, amontonando emociones en recovecos
resguardados del aire. Y aquí nace nuestro trabajo, dejar salir del corazón
nuestra grandeza para dominar con un acto de la voluntad al huracán de la
mente, limpiar el amasijo de emociones acumuladas, para conseguir así la gloria
del silencio.
martes, 25 de agosto de 2015
Una hora más de vida
Si ahora te
dieran la noticia de que solo te queda una hora más de vida, ¿Qué harías?,
¿Llorar?, ¿Lamentarte?, ¿Sufrir por lo que dejas aquí?, ¿Pensar que pasará con
los tuyos?, ¿Tratar de negociar un poco más de tiempo?, ¿Rezar?, ¿Confesarte
rápidamente?, ¿Despedirte de los más allegados?, ¿Pedir perdón por todo lo malo
que has hecho?, ¿Perdonar las ofensas?, ¿Restituir cosas materiales o
dignidades sustraídas?, ¿Buscar la póliza de tu seguro de vida?, ¿Qué harías?
Piénsalo,
porque es algo que puede pasar, y además sin el aviso previo. Para morirse la
única condición necesaria es estar vivo. No importa si se tienen uno o cien
años, no importa si se tiene una salud de hierro o una salud quebradiza, no
importa si eres rey o lacayo, no importa si eres el papa o un monaguillo, no
importa si eres un maestro o un alumno, no importa si eres un santo o un
asesino, lo único que importa es estar vivo.
En esta hora
que te queda hasta la partida final, porqué no dedicas los cinco primeros minutos
para hacer un examen de conciencia de cómo has estado viviendo hasta ahora,
piensa en qué has invertido tu vida, piensa en cómo has vivido, piensa en tus
amigos y en tus enemigos, piensa en si tus amigos y conocidos te van a extrañar
o a respirar de alivio. Sé honesto en la hora que te queda de vida, ¿Puedes
esperar con la conciencia tranquila o existen matices que te hacen sentir el
ahogo de la culpabilidad?
Bueno,
parece ser que vas a vivir más de una hora, pero como nunca se sabe haz, por si
acaso, ese examen de conciencia, para estar preparado para la apoteosis final.
¿Cuántas obras buenas has hecho?, ¿Cuántas malas? Recuerda la Ley del Karma, la
ley de la causa y el efecto, ¿Por cuántas de tus acciones vas a tener que
pagar?, ¿Por cuantas te tienen que pagar a ti?, ¿Cuántas acciones has realizado
porque si, por amor?
Aunque ahora
parece que vas a tener un plazo mayor de una hora, como el desenlace final de
la obra de tu vida puede suceder en cualquier momento, ¿Por qué no te
preparas?, ¿Por qué no intentas reparar el mal que has hecho para que la bolsa
de tu Karma sea exigua?, ¿Por qué no vives desde ahora como si efectivamente
solamente te quedara una hora de vida?, ¿Por qué no arreglas los desaguisados
que has ido descomponiendo durante tu vida?
Perdona
donde quiera que creas que existe la ofensa, perdona al ofensor, pide perdón
por el daño que hayas podido hacer, restituye aquello que has sustraído, ya sea
material, emocional o espiritual; desenreda los engaños, las medias verdades y
las mentiras a medias; los abrazos y los besos, los “te quiero” y los silencios
que darías durante tu ultima hora dalos cada día. No importa si tienes a punto
tu póliza de vida, pero si importa si tienes a punto tu vida, tu corazón y tu
alma.
Varuna Mudra - Mudra del Agua
VARUNA MUDRA – MUDRA
DEL AGUA
Cómo se hace:
La punta del dedo meñique toca la punta del dedo pulgar.
Mantener juntos y rectos los otros tres dedos. Se puede hacer con las dos
manos, o se puede hacer con la mano derecha, manteniendo la izquierda debajo
sujetando la derecha.
Sirve para:
Equilibra la cantidad de agua en el cuerpo y evita las
enfermedades que tienen como origen la falta de agua.
Debería practicarse siempre que se acumula un exceso de mucosidad en el estómago o en los
pulmones.
Duración:
No tiene un tiempo especificado, se puede practicar de
acuerdo al tiempo del que dispone la persona.
Beneficios:
Conserva la claridad de la sangre mediante el equilibrio del
contenido de agua en el cuerpo.
Previene los dolores de la gastroenteritis.
lunes, 24 de agosto de 2015
¿Cómo soy?
El ser
humano lleva en su maleta emocional una serie de máscaras que va utilizando en
el transcurso del día, Cuando se levanta por la mañana se pone la máscara de la
prisa, al llegar a la oficina se pone la de jefe, o la de subordinado, o la de
señor de la limpieza, o la de vigilante, y así una tras otra en función de las
distintas interacciones que va teniendo a lo largo de su día, y lo hace con la
misma facilidad que lo pueden hacer los profesionales de la risa en el circo
para conseguir las carcajadas de su público. Pero existe una notable
diferencia, mientras para unos es una profesión para los demás la máscara no es
más que una cortina de humo para ocultar sus miserias.
Es posible
que ni el mismo ser humano sepa realmente quien es y cómo es. Bueno quien es,
es seguro que no lo sabe. Él cree que es Don Fulano de Tal, y actúa desde ese
pedestal, sea alto o bajo, no importa, cuando ese nombre es el que le han dado
a su cuerpo, de la misma manera que su vehículo es Audi o Toyota, porque su
cuerpo es su vehículo. Quien realmente es, es un hijo de Dios. Entonces, si la
persona no sabe quién es, parece lógico que tampoco sepa como es.
Este
desconocimiento hace que actúe de mil maneras diferentes, en función de quien
se encuentra delante. La persona no es la misma con su pareja que con sus
hijos, no es la misma con su jefe que con sus compañeros, no es la misma con
sus amigos que con sus vecinos, y así podríamos seguir enumerando encuentros,
en los que encontraríamos que la persona es diferente en todos y en cada uno de
ellos.
Es posible
que ni un observador imparcial lograra saber exactamente como es la persona
objeto de su observación, a no ser que la observara en su soledad, situación
difícil, porque en soledad no se actúa, en soledad se siente, y hay muchas
posibilidades que incluso en su soledad no sea ella misma al cien por cien, ya
que estará dándole vueltas a un millón de cosas y haciendo que sus sentimientos
y emociones vayan variando, desde aquello que le sucedió ayer hasta como le
gustaría realmente ser.
Es curioso, porque casi nadie está
contento consigo mismo, por infinitas razones. Todos quieren ser lo que no son,
pero casi nadie es capaz de ponerse a trabajar para llegar a ser esa persona
que quisiera ser, o ponerse a trabajar para aceptar lo que es.
El ser
humano es un cúmulo de contradicciones: Busca la felicidad fuera de sí mismo,
cuando la tiene en su interior; busca que le amen cuando es incapaz de amarse a
sí mismo; elige una pareja y envidia a las parejas de los demás; es incapaz de
trabajar para la realización de sus sueños, pero obliga a sus hijos a
realizarlos, sin pensar que posiblemente sus hijos tengan sus propios sueños; es
incapaz de reconocer sus defectos, pero es un maestro en el arte de juzgar y de
criticar los defectos de los demás; como no reconoce sus defectos no trabaja
para mejorarlos, pero reparte consejos a diestro y siniestro para que los demás
mejoren los suyos; busca la paz viajando a los confines del mundo, cuando la
podría encontrar si realizara el corto trayecto que existe entre su mente y su
corazón.
Lo que viene
a continuación es un consejo, si no te apetece no lo leas:
Medita.
Si sigues mi
consejo y meditas
-
Empezarás
a conocerte un poco y disminuirán tus contradicciones.
-
Casi
sin proponértelo van a encontrarte de frente con la felicidad.
-
Descubrirás
que el amor es una energía y no esa tonta sensación que tienes cuando ves a
alguien del sexo contrario.
-
Llegarás
a ser consciente de que lo más importante en el mundo eres tú, y que eso,
además, no es ser egoísta.
-
Tendrás
las fuerzas suficientes para correr detrás de tu sueño.
-
Serás
consciente de que tus hijos son también seres humanos, que no son de tu
propiedad y que tienen que realizar su propio camino.
-
En
el viaje que vas a realizar dentro de ti comenzarás a descubrir tus defectos y
trabajarás para ir eliminándolos.
-
Sabrás
que no has venido a este mundo a juzgar a nadie.
-
Que
los consejos los puedes dar, pero cuando te los pidan.
-
Aprenderás
a respetar y tratarás a todos tan solo como quieres que te traten a ti.
Así, no solo sabrás quien eres: Un
hijo de Dios, sino que sabrás como eres: Un ser de amor y podrás llevarlo por
bandera sin necesitar máscaras porque no tendrás que ocultar ninguna miseria.
domingo, 23 de agosto de 2015
El perdón: Una gran medicina
Tal como
somos los seres humanos parece normal que si alguien nos ofende, nos desprecia
o nos humilla, bien sea con palabras o con acciones, nos sintamos ofendidos,
despreciados, humillados, posiblemente engañados, o robados, o sencillamente
defraudados, aunque también nos podemos sentir ofendidos porque sencillamente
alguien no haya cumplido con nuestras expectativas, ¡Los seres humanos somos
así! Y también parece normal que
mantengamos en nuestro interior el recuerdo de tal ofensa, y que no sintamos en
nosotros la necesidad, ni la intención de perdonar tal humillación. ¡Hasta ahí
podíamos llegar!, después de lo que nos han hecho, ¡Cómo vamos a perdonar!, ¡A
quien se le puede ocurrir semejante desfachatez!
Pues a pesar
de lo que nos hayan hecho, hay que perdonar, sin tener en cuenta si ha sido más o menos grave
hay que perdonar. Incluso me atrevería a decir que es más necesario perdonar cuanto
mayor ha sido la ofensa.
La ofensa
que la persona mantiene en su recuerdo, es el caldo de cultivo de la ira, del
rencor, del miedo, del resentimiento, del dolor, de las ataduras, del odio, del
deseo de venganza, y de un montón más de sentimientos negativos. Todos estos
sentimientos negativos son desequilibrios emocionales, que más pronto que tarde
pueden afectar al cuerpo físico. Es decir, que hay que perdonar por una
cuestión práctica, por una cuestión egoísta, hay que perdonar para encontrarse
bien emocional, mental y físicamente.
Aunque
prácticamente todas las religiones mantienen en sus estatutos la necesidad del
perdón para alcanzar la Gloria Eterna, en las distintas formas, según la
ideología religiosa, pero como la Gloria Eterna no parece que tenga suficiente
tirón, no solo entre los seguidores y feligreses de las distintas religiones,
sino ni tan siquiera entre la cúpula directiva, (ya que todos incumplen sus propios
estatutos), elijamos una razón más egoísta y más pragmática: nuestra salud.
Mantener la
ofensa viva en el recuerdo significa darle vueltas y vueltas a la ofensa un día
sí y otro también, es decir, mantener la ofensa viva en el recuerdo es vivir en
el pasado. Mantener la ofensa viva en el recuerdo significa elegir el
sufrimiento. Pero el pasado ya pasó, el pasado no existe, recordar la ofensa significa
mantener las ataduras de algo que ya no existe nada más que en el propio pensamiento,
impidiendo vivir la vida plenamente.
Cuando algo pasa por la mente, para
ella eso está sucediendo realmente en ese momento, ya que la mente no
discrimina entre pasado, presente y futuro, para ella todo es ahora, por lo
tanto, cada vez que pensamos en el hecho o en la persona que lo provocó,
volvemos a experimentar las mismas sensaciones desagradables que vivimos
originalmente, ya que generamos en ese momento la misma energía negativa que se
generó en el momento de producirse la ofensa, o posiblemente más, ya que en la
visualización de la ofensa podemos añadirle escenas que hagan aun más dramática
la situación, con lo que la energía negativa generada puede desbordar cualquier
previsión.
Todo es
energía. Cada pensamiento es energía. Imagina que la ofensa te ha generado
rencor, que no es nada más que una pelotita de energía negativa, que se va
repartiendo por los chakras, que son esas centrales de energía que determinan
nuestro carácter, nuestras emociones y nuestro propio estado de salud física.
Por un lado la propia forma de pensamiento de la ofensa, según se va
descargando una y otra vez en el cerebro para expresarse, va creciendo y
creciendo, hasta convertirse en una forma de pensamiento enorme, que hasta
cambia de nombre, para llamarse entidad de pensamiento, con una característica
fundamental, “tiene vida propia”, es decir, que quiere vivir, y su alimento es
la energía generada con el propio pensamiento, con lo que el pensamiento de la
ofensa vuelve una y otra vez al cerebro. Y por otro lado esa energía generada
va alimentando la pelotita del rencor, hasta llegar al extremo, si no se pone
remedio, de que esa energía de rencor va enquistándose en cada célula del
cuerpo.
Resumiendo,
pensar permanentemente en la ofensa, manteniendo y alimentando el dolor y el
rencor es cavar la propia tumba, o acelerar su traslado a ella, manteniendo
además mientras dure la vida un estado emocional lamentable.
Observa la
paradoja: El ofensor, que es el que ofende, se queda tan feliz, sin que se
altere su paz interior y sin sufrir el más mínimo desgaste emocional, mientras
que el ofendido, que le da vueltas y más vueltas a la ofensa, alimenta su
rencor y destroza su cuerpo energético, y por ende su cuerpo físico con ese
veneno generado por sus pensamientos. Es como si el ofendido se tomara cada día
una gota de veneno, quien sabe si esperando que se envenene el ofensor, cuando
es él el único perjudicado.
Perdonar no
es más que la liberación de las emociones destructivas que nos atan al pasado
de manera enfermiza: El perdón nos libera, por lo tanto de la ira, el miedo, el
resentimiento, y un sinfín más de emociones negativas, permitiendo que el
corazón se abra a la alegría, a la paz y al amor.
El perdón es
una de las claves para mantener o recuperar la salud, y sobre todo la llave
maestra que nos va a dar acceso a la libertad. La libertad de vivir sin que las
actitudes y los actos de otras personas dejen de tener poder sobre nosotros. Es
realmente triste y lamentable vivir atados a las decisiones de otros, a las
palabras de otros, o a las actitudes de otros, ya que eso es como si nos robaran
la misma vida, porque dejamos de vivir una vida plena para vivir actitudes
negativas de otros.
El perdón no
exime de su culpa al ofensor, ni le exime de las consecuencias, pero si
permitirá que vivamos felices, con independencia de lo que piensen, digan o
hagan los demás, tanto a nuestro favor como en nuestra contra.
La serenidad
que se consigue perdonando nos hace conscientes de que con nuestro perdón nada
cambia del pasado, pero que si cambia, y de manera radical nuestro presente,
presente que es la base para nuestro futuro, con lo cual cambiando ese presente
aseguramos un futuro diferente al que nos esperaba con una vida llena de rencor
y de sombras.
El perdón es
un proceso interior, es algo que afecta a nuestra manera de pensar, afecta a
nuestra conducta y por supuesto a nuestras emociones.
Sabemos que
el proceso de perdonar está concluido cuando dejamos de sentirnos atrapados en
una relación, sobre todo emocional y mental, con el ofensor, y cuando el
recuerdo de la ofensa y del ofensor genera una reacción como ver el cielo azul,
los pájaros volando, o el agua discurriendo por el río, vamos que no nos afecta
en absoluto.
Es necesario
perdonar por nuestra salud física. Nada tienen que ver ni la espiritualidad, ni
las religiones, solo es una cuestión de salud. Existen estudios que demuestran
que la rabia, el rencor, la vergüenza, la agresividad y el sentimiento de culpabilidad
crónica están muy relacionados con la enfermedad física.
El
resentimiento y la culpabilidad, sobre todo cuando han sido con frecuencia
reprimidos, son factores que afectan, inhibiendo en gran manera al sistema
inmunitario, con lo cual la enfermedad física está servida.
Las personas
que en su imaginación no conciben perdonar a otros, muestran cambios en la
presión sanguínea, en la tensión muscular y en la respuesta inmunitaria; sin
embargo, las que si pueden imaginarse perdonando a su ofensor manifiestan, de
inmediato, una mejoría en su sistema cardiovascular, muscular y nervioso.
Perdonar no
es olvidar. El que espera llegar a
olvidar para perdonar no lo logrará jamás, porque el cerebro lo registra todo.
No se puede olvidar. Sin embargo cuando se dice: “Perdono, pero no olvido”, es
como si avisáramos de que eso está dentro aguardando para cobrarse la deuda.
Eso no es perdón.
Perdonar no
es justificar comportamientos negativos o inadecuados.
Perdonar no
quiere decir que apruebes o defiendas la conducta que te ha causado dolor, ni
tampoco excluye que tomes medidas para cambiar la situación o proteger tus
derechos.
Perdonar no
justifica en nada lo sucedido.
Perdonar no
es fingir que todo está bien cuando sientes que no es así.
Perdonar no es tener que hablar directamente con la otra persona: El perdón no exige la comunicación.
Sólo es un acto personal de liberación de energía que nos está haciendo daño.
Perdonar no
es ser ingenuos: Perdonar nunca
significa permitir que un ofensor se salga con la suya, ni tampoco una manera
de ignorar el problema. El perdón hace que la persona tenga una visión realista
de quien es realmente el ofensor.
Como
perdonar es un trabajo interior, es algo que se puede hacer en soledad en la
soledad de nuestra meditación. Después de tu meditación. Y si no haces
meditación, (que deberías hacer), en cualquier momento del día.
- Sube las manos a la altura de
los hombros, con los brazos al lado del cuerpo, cómodamente relajados, las
palmas al frente.
- Lleva la atención al corazón.
- Visualiza a la persona que vas a
perdonar delante de ti.
- Lleva la atención a tu corazón
sintiendo que sale un rayo de luz, igual que de las palmas de tus manos, y
repite en tu interior: Yo te perdono, cualquier cosa mala que me has
hecho, voluntaria o involuntariamente, con pensamientos, palabras, hechos y
omisiones, incluso aunque ya no te acuerdes de lo que es.
- Y después dile: Y tú, perdóname por todo el daño que te he hecho, voluntaria o involuntariamente, con pensamientos, palabras, hechos y omisiones, incluso aunque ya no me acuerde de lo que es.
Y no nos queda más remedio que
hacerlo hasta que recordemos el hecho sin sentir ninguna de las emociones
negativas que nos generaba en un principio.
sábado, 22 de agosto de 2015
Vivir y morir como alimañas
No sabía que titulo ponerle a esta
entrada, he dudado entre: “El umbral del paraíso”, “Ponte en sus zapatos” o “Vivir
y morir como alimañas”. Al final me he decantado por el último, es el menos
comercial pero el más real.
En el post “Desheredados” colgado ayer en el
blog, decía que mientras medio mundo malvive en condiciones infrahumanas, el
otro medio les ve por la tele. Incluso algunos pueden comentar, y ya no solo en
privado, sino también por las redes sociales, en el caso de los desplazados o
refugiados: “Mejor estarían en su casa en vez de invadir otros territorios a
los que solo van a llevar atracos, asesinatos y robos. No tenemos aquí trabajo
para tanto desarrapado”.
La foto que acompaña este post es con
la que yo trataba de desayunar esta mañana, (se me quito el hambre de repente),
aparecida en la portada de “El Comercio”, (Periódico peruano). Como veis
aparece un padre con un niño en brazos, gritando, o llorando, o suplicando, al
igual que el niño, al que supongo su hijo, de rodillas, rodeados de policías y
de alambre de espino, en la frontera entre Macedonia y Grecia. Supongo que trataban
de impedirles el paso, les supongo sirios que huyen de la barbarie desatada por
los infinitos bandos que luchan en ese país, incluido su propio gobierno, y
supongo que no les están ayudando, ya que sino no tendrían el dolor reflejado
en el rostro.
Al igual que este padre y su hijo,
hay cientos, miles, millones de personas, millones de seres humanos, niños, jóvenes
y adultos, que han tenido que dejarlo todo, para enfrentarse a más hambre, a
más dolor y muchos encontrando la muerte, desplazándose en pateras por los
mares que les separan de otros países, o a través de desiertos, a través de
montañas, atravesando países, tratando de traspasar muros o alambradas
colocadas para evitar su paso a lo que ellos consideran el paraíso. Muchos lo
consiguen, pero otros muchos se quedan a las puertas de ese paraíso muriendo incluso
como alimañas, porque los que viven en esos falsos paraísos, después de atraerles
con sus cantos de sirena, les impiden pasar, les impiden vivir.
Llevo tiempo sintiendo que algo hay
que hacer, porque no es suficiente la donación que se puede dar a la
organización que cada uno de nosotros haya elegido, hay que hacer más, pero no
se qué, porque no es necesaria otra nueva organización, hay que financiar con
más, con mucho más, a estas organizaciones, pero también tenemos otra cosa que
hacer: “Concienciar a los que nos rodean”. ¿Cómo? No puede ser difícil. Sólo
hay que colocarse en los zapatos de esta pobre gente. Imagínate a ti, con tu
hijo en brazos, rodeado de policías que te impiden pasar para que puedas ofrecer
una vida digna a tu hijo, o sencillamente poder darle un plato de comida
diario.. ¿Qué harías?
Durante casi 40 años existió un muro
de 160 kilómetros que separaba dos mundos, dos ideologías, un muro de vergüenza,
“El muro de Berlín”, en el que te mataban si intentabas salir. Hoy hay en pie
30 muros o vallas similares, en el que te matan si intentas entrar.
¡Basta ya! Tenemos que hacer
presión, para que no se discrimine a estos millones de personas que su único
delito ha sido nacer en un país equivocado, o vivir en una mega ciudad
gobernada por corruptos ineptos que no les proveen de los servicios necesarios,
(agua, luz), o llegar a las puertas de un país dirigido por personas sin
entrañas. Los que están intentando pasar las vallas son seres humanos. Los que
están intentando vivir son seres humanos. Los que están intentando buscar comida
para sus hijos son seres humanos. No nos sirven regímenes comunistas que prohíban
la salida, no nos sirven regímenes capitalistas que prohíban las entradas,
necesitamos regímenes humanistas, (no populistas), que traten a las personas
como son: “SERES HUMANOS”, hijos de Dios.
viernes, 21 de agosto de 2015
Desheredados
¿Cómo hablar
del alma, de la iluminación o de Dios a tanta y tanta gente que vive en la
miseria y que han de trabajar de sol a sol para poder llevar a su casa un
mendrugo de pan para sus hijos?
¿Cómo hablar del alma, de la
iluminación o de Dios a tanta y tanta gente que tienen que abandonar sus casas,
su trabajo y su vida porque la guerra les está masacrando?
¿Cómo hablar del alma, de la
iluminación o de Dios a tanta y tanta gente que se queda sin casa y sin empleo por
la crisis generada por el capitalismo?
¿Cómo hablar del alma, de la
iluminación o de Dios a tanta y tanta gente que vive en tierra de nadie en chabolas,
sin agua, sin luz, sin esperanza?
¿Cómo
explicarles que están en la Tierra porque han decidido nacer para evolucionar,
y de que están viviendo la vida que ellos han decidido vivir?
¿Cómo se les
va a decir con palabras que todos somos hermanos, cuando lo niegan los hechos?
A esa gente
lo que hay que hacer es darles de comer, y movilizarnos para que ellos tengan
un trabajo digno, una vivienda digna, una vida digna, para que consigan cambiar
las lagrimas por sonrisas, en sus rostros y en los de sus hijos, para que los
niños tengan infancia, que jueguen, que corran, que salten sin temor.
A ellos no
se les puede hablar del Karma, aunque también exista para ellos, pero a ti, que
estás leyendo esto, si se te puede hablar del Karma: ¿Os imagináis el Karma que
están generando todos aquellos que disfrazados con sotanas o con hábitos, los
que se visten de púrpura, todos los que se colocan bandas presidenciales,
municipales o de cualquier colegio corporativo, todos los que se ajustan
fajines de ministros o congresistas, no ya por el hecho de robar, de engañar o
de mentir a la población, sino por el hecho de no trabajar para sacar de la
miseria a esos, también sus conciudadanos, que unos obligan a votar, que otros
engañan con el fuego eterno, y que otros roban y explotan hasta la extenuación?
Las guerras
de la sinrazón están despojando a millones de personas de su dignidad, la
avaricia de los dirigentes están llevando a la miseria a millones de sus
votantes, las religiones con su complicidad y su silencio ni impiden, ni
gritan, ni tan siquiera denuncian el maltrato que sufren sus fieles.
Mientras medio mundo vive en la
miseria, desplazado de sus domicilios o bajo la amenaza de las bombas, para la
inmensa mayoría del otro medio no es más que una noticia en la tele, molesta,
muy molesta, porque además quieren traspasar las fronteras e invadir su espacio
de confort.
Las organizaciones humanitarias están
más que desbordadas, los gobiernos bastante tienen con explotar a sus
conciudadanos, las iglesias miran para otro lado, el resto, ciudadanos de a pie,
miramos la tele. Es por lo tanto difícil que se acabe con tanta injusticia. A no
ser……., que todos y cada uno de los aun tenemos país, (aunque no sea el
propio), casa y trabajo, demos en primer lugar el diezmo para menguar tanta
desgracia, y en segundo lugar dejar de votar al gran capital, (que es quien
gobierna prácticamente en todo el mundo), y empezar a votar a quien se
comprometa con hacer algo por tanto desheredado como existe hoy día en la
Tierra.
miércoles, 19 de agosto de 2015
Mamá
Cuenta una
leyenda que a un angelito que estaba en el cielo, le tocó su turno de nacer
como niño también el día de Navidad, y le dijo a Dios:
- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra. ¿Pero, cómo vivir? tan pequeño e indefenso como soy.
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y que te cuidará.
- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.
- Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
- Me dicen que me vas a enviar mañana a la tierra. ¿Pero, cómo vivir? tan pequeño e indefenso como soy.
- Entre muchos ángeles escogí uno para ti, que te está esperando y que te cuidará.
- Pero dime, aquí en el cielo no hago más que cantar y sonreír, eso basta para ser feliz.
- Tu ángel te cantará, te sonreirá todos los días y tú sentirás su amor y serás feliz.
-¿Y cómo entender lo que la gente me hable, si no conozco el extraño idioma que
hablan los hombres?
- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.
-¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu ángel te juntará las manitas te enseñará a orar y podrás hablarme.
- He oído que en la tierra hay hombres malos. ¿Quién me defenderá?
- Tu ángel te defenderá más aún a costa de su propia vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
- Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojitos sollozando...
-¡Dios mío, si ya me voy dime su nombre! ¿Cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa, tú le dirás: MAMÁ.
- Tu ángel te dirá las palabras más dulces y más tiernas que puedas escuchar y con mucha paciencia y con cariño te enseñará a hablar.
-¿Y qué haré cuando quiera hablar contigo?
- Tu ángel te juntará las manitas te enseñará a orar y podrás hablarme.
- He oído que en la tierra hay hombres malos. ¿Quién me defenderá?
- Tu ángel te defenderá más aún a costa de su propia vida.
- Pero estaré siempre triste porque no te veré más Señor.
- Tu ángel te hablará siempre de mí y te enseñará el camino para que regreses a mi presencia, aunque yo siempre estaré a tu lado.
En ese instante, una gran paz reinaba en el cielo pero ya se oían voces terrestres, y el niño presuroso repetía con lágrimas en sus ojitos sollozando...
-¡Dios mío, si ya me voy dime su nombre! ¿Cómo se llama mi ángel?
- Su nombre no importa, tú le dirás: MAMÁ.
Prithvi mudra - Mudra de la Tierra
PRITHVI MUDRA – MUDRA
DE LA TIERRA
Cómo se hace:
La punta del dedo anular toca la punta del dedo pulgar, con
los otros tres dedos extendidos. Hacerlo con las dos manos.
Sirve para:
Actúa
directamente sobre el chakra base, que es el centro de la energía vital,
despertando todos sus poderes, proporciona un equilibrio sobre la energía
terrestre y compensa estados de cansancio o agotamiento, causando
revitalización; además, al ser el chakra relacionado con las cuestiones más
materiales, nos puede ayudar con asuntos como la búsqueda de empleo, casa,
dinero, etc.
Duración:
No tiene una duración determinada. Se puede practicar el
tiempo que se quiera.
Beneficios:
Ayuda a aumentar de peso en las personas débiles.
Para la sequedad, grietas o ardor en la piel. Hace que mejore
el aspecto de la piel haciéndola que brille.
Consigue que se active el cuerpo manteniéndole saludable.
Proporciona
estabilidad interior y seguridad en uno mismo.
Ayuda
a mejorar la paciencia y la tolerancia; los prejuicios o una visión cerrada de
la vida se reducen practicándolo.
Fatiga crónica, debilidad general, convalecencia.
Es ideal para aquellas personas que se
sienten inseguras o son muy tímidas.
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