El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




martes, 9 de julio de 2013

Karma, pensamiento y perdón


            Si nos detenemos durante un momento para pensar cuales han sido nuestras acciones, nuestras palabras o nuestros pensamientos que han generado Karma, en el día, o durante la última hora, (un día parece mucho para recordar), es posible que nos abrumemos, y a partir de ese momento seamos un poco más cuidadosos con el uso que le damos a la vida para conseguir, no ya reducir el Karma, sino no llegar a generarlo.
            Es bueno recordar que no sólo genera Karma cualquier pensamiento, cualquier palabra o cualquier acción negativa, y sino también cualquier pensamiento, palabra o acción positiva que sea realizado con el fin de conseguir algo, ya sea consciente o inconscientemente. Me atrevería a decir que genera Karma todo aquello que no sea realizado con amor, con autentico y verdadero amor, ese amor que se da a cambio de nada.
            Como ejemplo nos vale esa acción que parece que se hace desinteresadamente, pero que sin embargo, con el paso del tiempo y ante cualquier situación más o menos conflictiva con la persona receptora de la acción, el emisor dice: “Pero como puede hacerme eso, con lo que yo he hecho por esa persona”. Esa acción no tiene ninguna validez, ha generado Karma.
            Como ya sabemos, es el Karma el que nos mantiene atados a la rueda de la vida, a esta rueda tan pesada de encarnaciones y muertes.
            Las acciones y las palabras son producto de nuestro pensamiento, por lo que si conseguimos controlar el pensamiento, es muy posible, que las palabras sean más mesuradas y las acciones menos abundantes, con un resultado claro: Menos Karma generado, menos acumulado y menos pendiente; con lo que, posiblemente, nos ahorremos alguna vida.
            Esto que se escribe en cuatro líneas y que casi parece una tontería es la clave de la vida. La meta final de nuestra estada en la materia es aprender a amar, por lo tanto, ¿Qué pasaría si todas nuestras acciones fueran realizadas sin ningún tipo de apego?, ¿Qué pasaría si todas nuestras acciones fueran realizadas con amor? Pues fácil, habríamos concluido nuestro aprendizaje porque habríamos aprendido realmente a amar.
            Como es muy posible que nos cueste cierto trabajo controlar el pensamiento, porque hace falta mucho entrenamiento y un cierto nivel de crecimiento, lo que si podemos es intentar ser medianamente conscientes de nuestros pensamientos. Y antes de hablar o realizar acción alguna, si los pensamientos han sido negativos, podemos ahorrarnos el karma con una acción personal de desagravio, sencillamente pidiendo perdón, en el mismo marco en que se ha desarrollado el pensamiento negativo, en la mente. Así la energía del pensamiento negativo, generadora de Karma, se transmuta con el perdón en una energía poderosa liberándonos de cualquier deuda kármica.

domingo, 7 de julio de 2013

¡Cumpleaños feliz!


            Hace pocos días fue el aniversario de mi nacimiento, y como cada año, en la misma fecha, me inundaron sensaciones contrapuestas:
Alegría por un lado, una alegría inmensa, porque muchas personas, familiares, amigas de la vida o amigas de las redes sociales, se acordaron de mí y me dedicaron unos minutos de su tiempo, unos minutos de su vida, solo para decirme que están ahí y que me envían sus mejores deseos. ¡Es emocionante!
Y por otro lado, no sé si llamar desazón o incredulidad a la sensación. Porque en realidad ¿Cuál es el merito objeto de la felicitación?, ¿Vivir?, ¿Envejecer?, ¿Acercarnos a la muerte?
De hecho, parece que si existe algún merito sería el de haber llegado a la vida, y seguir en ella. Pero en este caso, el merito no es del homenajeado, en todo caso sería de su mama, que fue quien hizo el trabajo, primero de llevarlo en su interior, después de dar a luz para traerlo al mundo, con dolor, y más tarde cuidar del bebé para que crezca, con lo que eso lleva aparejado, noches y noches sin dormir de un tirón, y atención permanente, y no sólo en la infancia, la atención de una madre perdura en el tiempo de la niñez, de la adolescencia, de la madurez y hasta de la vejez del hijo. Así que ¡Felicidades mama!
Si el motivo de la felicitación es ir cumpliendo años, ¡maldita la gracia! Si la inmensa mayoría de los seres humanos tienen miedo a morir, o a la enfermedad, o al dolor, que es lo mismo, ¿Cómo puede ser posible que celebremos el acercarnos a la muerte?, o ¿Celebramos que hemos pasado un año más vivos?
La mejor felicitación es aquella que te desea un  nuevo año lleno de bendiciones, de paz, de abundancia, de alegría y de amor. Pero no hace falta esperar que la persona envejezca para desearle todo esto. Se puede hacer cada día a lo largo de toda la vida.
Leí en un libro que se titula “Las voces del desierto”, que los aborígenes australianos no celebran los cumpleaños, porque realmente no tenían nada que celebrar, no era merito suyo el envejecer, es algo consustancial con la vida. Celebraban cuando la persona había conseguido algún logro en la vida, ya que ese era su esfuerzo personal y su trabajo. Y sobre todo si ese logro estaba asociado con el crecimiento de la persona, nada que ver con el envejecimiento. Es interesante, parece más lógico.
De cualquier forma, con independencia de logros, méritos o envejecimiento, lo hermoso de los cumpleaños es el recordatorio de los que comparten o han compartido tu vida.

 

jueves, 4 de julio de 2013

A la Iluminación por el pensamiento


            A la inmensa mayoría de los seres humanos ya les va bien seguir adelante, vivir la vida sin objetivo alguno, sin tener la menor idea de cuál es el motivo de su vida, sin ser conscientes de cuál es el camino por el que transitan.
            Bueno, realmente ellos sí que creen tener un objetivo, o varios, los materiales, ganar más, ascender en su trabajo, cambiar de coche o pasar las vacaciones en un lugar paradisiaco, es decir, aquellos objetivos, o mejor llamarles deseos que les va preparando su mente.
            Pero llega un día, al menos para algunas personas de esa inmensa mayoría, que encuentran su vida vacía. Cuando creen poseerlo casi todo, nada de eso les satisface, nada les motiva, y es cuando son conscientes de la falta absoluta de un objetivo real, y de que están trabajando con grandes y constantes esfuerzos, están trabajando en vacío, sin ninguna idea del lugar, de la meta o del ideal al que se dirigen.
            Se dan cuenta, entonces, de que se encuentran perdidos, y ellos creen que sin esperanza. Nada les ilusiona, todo les aburre, todo es tristeza, depresión o rabia contenida. Y puede que lleguen a preguntarse: ¿Si me muero mañana, para que tanto esfuerzo, para que tanto trabajo, para que tanto sufrimiento?
            Ya es bueno llegar ha hacerse, por lo menos, la pregunta. Pregunta hija del dolor, del aburrimiento, de la depresión o la tristeza, aunque lo que realmente desean saber es como cambiar el dolor por el placer.
Pero, ¿Se puede esto descubrir con el esfuerzo del pensamiento?, la respuesta es sí. De la misma manera que el pensamiento de dolor nos lleva al dolor y el pensamiento de pobreza nos lleva a la miseria, el  pensamiento de placer nos va a llevar directamente al placer. Si la mente de la persona permanece fija en algún asunto determinado con la concentración suficiente, obtiene la iluminación con respecto al mismo, más pronto o más tarde. 
            A esa persona en quien la iluminación aparece, puede ser llamada genio o inventor. Pero, podríamos decir que no es tal, sólo es la síntesis de la mente de otras personas. Todos los seres estamos unidos, y es imposible separar a una persona de cualquier especie de sus congéneres.
                Por lo tanto, si en lugar de hacernos cruces ante lo desconocido, dirigiéramos nuestro pensamiento hacia eso desconocido, nos encontraríamos con el legado de otras muchas mentes que harían mella en nosotros.
            Cualquier conocimiento está a alcance de todos, la Iluminación también. Sólo hay que desearlo, desearlo realmente, y focalizar el pensamiento. Todo llegará por añadidura.

domingo, 16 de junio de 2013

Un pensamiento necesario


            Ya son muchas las personas que creen en una vida anterior al nacimiento y en la continuación de esa misma vida después de la muerte.
Esta creencia es propiciada, básicamente, por la necesidad de liberarse del miedo a la muerte, ya que, con unos u otros matices, el miedo a dejar la existencia física es consustancial con la persona. Hemos de tener en cuenta, que el miedo a la enfermedad o al dolor, es el mismo miedo a la muerte maquillado con otra creencia. Como lo son las disculpas que nos damos, como por ejemplo: No tengo miedo a morir, pero me gustaría que fuera cuando mis hijos tengan su vida solucionada, o cuando hayamos terminado de pagar la hipoteca.
Ayudan a la creencia de que existe una vida fuera del cuerpo, la gran cantidad de publicaciones que tratan el tema de la reencarnación: textos de teosofía, de metafísica, de energía cuántica, de regresiones, de experiencias fuera del cuerpo o de experiencias de personas que han permanecido en coma y han vuelto a la vida. Todo esto, nos induce a creer que la muerte sólo es un cambio de estado, pero que la conciencia permanece tan viva y tan despierta como cuando estamos en el cuerpo. O más viva y despierta, ya que no existe el peso de la densidad de la materia, ni existe el filtro de la mente.
La mente, que nos permite la creencia en una vida superior, en la conexión y hermandad de todos los seres y en nuestro origen divino, es a la vez un freno, un filtro, es una especie de velo que nos impide llegar a entender con claridad todas esas creencias. La mente, que tan grande y poderosa se nos presenta, sigue siendo grande y poderosa para separarnos de la Mente Divina.
Por eso la creencia en una vida fuera del cuerpo, no llega a integrarse en el ser humano, de la misma manera que tenemos integrado, por ejemplo, si somos hombre o mujer. No pasa de ser una creencia, un pensamiento, pero un pensamiento necesario, ya que el pensamiento de nuestra divinidad o de nuestra hermandad, es el que nos va a ayudar a desarrollar la energía que buscamos, una y otra vez, en nuestro viaje a la vida: el Amor.
Es imprescindible ahondar en ese pensamiento, ya que es un pensamiento muy sutil, volátil. Cualquier pensamiento relacionado con la vida física tiene muchísimo más poder que el frágil pensamiento de que la vida terrenal es un aula de aprendizaje, y las situaciones difíciles, tan frecuentes en nuestra vida, nos hacen olvidar demasiado rápido nuestra divinidad.
Es muy fácil predicar y hablar de la continuidad de la vida, lo difícil es vivir desde esa creencia en cualquier situación. Mientras la creencia no esté integrada, es mejor pensar con frecuencia que somos hijos de Dios.
 

lunes, 13 de mayo de 2013

Matrimonio


 Una amiga del Facebook y de la vida colgó esta historia en su muro. Me gustó tanto que me he permitido compartirla en el blog para que más personas tengan acceso a ella.
Cuenta una vieja leyenda de los indios Sioux que una vez llegaron hasta la tienda del viejo brujo de la tribu, tomados de la mano, Toro Bravo, el más valiente y honorable de los jóvenes guerreros, y Nube Alta, la hija del cacique y una de las más hermosas mujeres de la tribu.
- Nos amamos - empezó el joven.
- Y nos vamos a casar - dijo ella.
- Y nos queremos tanto que tenemos miedo. Queremos un hechizo, un conjuro, un talismán. Algo que nos garantice que podremos estar siempre juntos. Que nos asegure que estaremos uno al lado del otro hasta encontrar a Manitú el día de la muerte.
- Por favor - repitieron - ¿Hay algo que podamos hacer?
El viejo los miró y se emocionó de verlos tan jóvenes, tan enamorados, tan anhelantes esperando su palabra.
Hay algo...- dijo el viejo después de una larga pausa -. Pero no sé...es una tarea muy difícil y sacrificada.
- No importa - dijeron los dos-. Lo que sea - ratificó Toro Bravo.
- Bien -dijo el brujo-. Nube Alta, ¿Ves el monte al norte de nuestra aldea? Deberás escalarlo sola y sin más armas que una red y tus manos, y deberás cazar el halcón más hermoso y vigoroso del monte. Si lo atrapas, deberás traerlo aquí con vida el tercer día después de la luna llena. ¿Comprendiste?
La joven asintió en silencio.
- Y tú, Toro Bravo - siguió el brujo - deberás escalar la Montaña del Trueno; cuando llegues a la cima, encontrarás la más brava de todas las águilas y, solamente con tus manos y una red, deberás atraparla sin heridas y traerla ante mí, viva, el mismo día en que vendrá Nube Alta...¡Salgan ahora!.
Los jóvenes se miraron con ternura y después de una fugaz sonrisa salieron a cumplir la misión encomendada, ella hacia el norte, él hacia el sur.
El día establecido, frente a la tienda del brujo, los dos jóvenes esperaban con sendas bolsas de tela que contenían las aves solicitadas.
El viejo les pidió que con mucho cuidado las sacaran de las bolsas. Los jóvenes lo hicieron y expusieron ante la aprobación del viejo las aves cazadas. Eran verdaderamente hermosos ejemplares, sin duda lo mejor de su estirpe.
- ¿Volaban alto?- preguntó el brujo.
- Sí, sin duda. Como lo pediste... ¿Y ahora? - preguntó el joven- ¿Los mataremos y beberemos el honor de su sangre?
- No - dijo el viejo-.
- Los cocinaremos y comeremos el valor en su carne - propuso la joven-.
- No - repitió el viejo-. Harán lo que les digo: Tomen las aves y átenlas entre sí por las patas con estas tiras de cuero. Cuando las hayan anudado, suéltenlas y que vuelen libres.
El guerrero y la joven hicieron lo que se les pedía y soltaron los pájaros. El águila y el halcón intentaron levantar vuelo pero solo consiguieron revolcarse en el piso. Unos minutos después, irritadas por la incapacidad, las aves arremetieron a picotazos entre si hasta lastimarse.
Este es el conjuro: Jamás olviden lo que han visto. Son ustedes como un águila y un halcón; si se atan el uno al otro, aunque lo hagan por amor, no sólo vivirán arrastrándose, sino que además, tarde o temprano, empezarán a lastimarse uno al otro. Si quieren que el amor entre ustedes perdure, VUELEN JUNTOS PERO JAMÁS ATADOS.
 
 

lunes, 6 de mayo de 2013

Sociedad de robots


            La sociedad nos iguala, aunque para desgracia nuestra, nos iguala en el sufrimiento, nos iguala en la carencia, nos iguala en los deseos. La sociedad nos genera la necesidad: una casa mejor, una segunda residencia, un carro más potente, etc., etc. Para cubrir esa necesidad la banca nos presta el dinero necesario, dinero que nos ata a los bancos de por vida, obligándonos a aceptar cualquier condición de trabajo, si tenemos la suerte de mantenerlo, por muy leonina que sea, para poder hacer frente a nuestros créditos e hipotecas.
            La misma sociedad nos engaña, nos dice que somos libres, pero alguien se ha detenido a pensar un momento en la esencia de esa libertad. Somos libres, ¿Para qué?, ¿Para votar cada cierto tiempo?, ¿A quién?,  siempre a los mismos, aunque a veces tengan diferentes nombres, diferentes collares. Votamos siempre a los mismos que se están lucrando con nuestro trabajo, y los que tienen diferente collar, pero que en ese momento no ejercen el poder, nos azuzan para que salgamos a la calle a protestar en manifestación, lo cual parece una pérdida de tiempo, sobre todo si nos atenemos a los resultados.
            La sociedad, y sobre todo sus dirigentes, que deberían de velar por el bienestar y la satisfacción del ciudadano, subyugan a este hasta la extenuación, y en coyunturas como la actual, sobre todo en los países desarrollados, hasta el suicidio.
            ¿Qué pasaría si en vez de robotizarnos y programarnos para el sufrimiento nos robotizáramos y programáramos para la felicidad?, porque en realidad sí que somos iguales, pero nuestra igualdad radica en nuestra esencia. Todos somos una energía desgajada de la misma Energía Divina, todos somos hermanos, todos somos un alma. ¿Por qué nadie nos enseña esto?, ¿Por qué nadie nos enseña que la felicidad no radica en conseguir bienes materiales?, ¿Por qué nadie nos explica que la felicidad es un estado interior, y en cómo llegar a él?
            Es posible que nadie nos lo enseñe porque los que detentan el poder no sólo son listos para manipularnos y subyugarnos, también lo son para saber que en ese estado los seres humanos, que somos sus esclavos, dejaríamos de lado las necesidades creadas por ellos con lo que se acabaría el dominio que ejercen sobre las personas. Lo triste es que los políticos también son nuestros hermanos.
            Tenemos que despertar para conseguir que cese la manipulación, pero no de la forma en que unos pocos lo están intentando, porque no lo consiguen. Hemos de probar otros caminos. Podemos intentar el camino interior, ese en el que es imposible generarnos necesidades, porque todas están cubiertas. 

sábado, 4 de mayo de 2013

Devachan: La morada de los ángeles


            El Devachan es la morada de los ángeles, y no es un lugar, es un estado de conciencia. Loa ángeles no necesitan de un espacio físico donde vivir, porque no tienen cuerpo. Los ángeles son energía, son una chispa divina, una chispa eterna e indestructible, su vida es conciencia, por lo tanto, su morada, no es ni más ni menos que un estado de conciencia.
            Al igual que los ángeles, los seres humanos también somos una chispa divina, una chispa divina eterna e indestructible, por lo tanto nuestra vida no se circunscribe a la vida en el cuerpo, va más allá, llega a la eternidad, como los ángeles. Como escribía Manly Palmer Hall autor canadiense sobre el ocultismo, la mitología y las religiones, que vivió en los últimos años del siglo XX: “Si hay una chispa divina en cada ser humano, no hay razón para presumir que Dios en la Naturaleza vive para siempre, pero en el ser humano está siempre muriendo”.
            Efectivamente, el ser humano solo deja en la Tierra lo que distingue su humanidad: el cuerpo físico, pero el Ser, esa chispa divina, es indestructible y vive para siempre.
            Es curioso que la gran mayoría de seres humanos, de una forma u otra crean en esta eternidad, porque creen en la inmortalidad del Alma y, sin embargo, tienen miedo a la muerte. El miedo a la muerte sólo es una muestra de que su creencia en la inmortalidad del Alma es intelectual, y no está integrada en el Ser, es una muestra de la desconexión que el ser humano tiene con su Alma.
            Cuando el ser abandona su parte de humano, es decir, abandona el cuerpo, bien podríamos decir que estamos más vivos que nunca porque al perder la identificación con el cuerpo físico, no tiene las limitaciones que este impone.
            Liberados de oír, ver y sentir a través de los órganos del cuerpo físico, el ser experimenta dentro de sí un poder que le permite la comprensión total de cualquier situación.
            Y después de un paso más o menos largo por los planos astral y mental inferior, según la evolución del ser, este entra en lo que va a ser su morada hasta una nueva encarnación: el plano causal o Devachan, la morada de los ángeles, el cual es un estado del Ser en el que se siente una inmensa felicidad, nada comparado a la persona más feliz sobre la Tierra.
            En este plano, sólo le basta al Ser con pensar en algún lugar para encontrarse allí de inmediato. Le basta con pensar con alguien muy querido, para encontrarse de inmediato en su presencia. Los malentendidos son imposibles. Es un mundo de luz donde el Ser asimila y transmuta en facultades las experiencias y aprendizajes de su última vida en la Tierra.
            La duración de su estadía en este plano está condicionada por sus necesidades evolutivas. Pronto la imperiosa necesidad de una nueva vida lo llevará de nuevo a la Tierra dentro de un cuerpo.
            Este plano es lo más cerca que el ser humano se encuentra de la Divinidad, en tanto en cuando prosigue su crecimiento, hasta que se de por concluido su aprendizaje en la Tierra.
            Es apasionante. 
 

miércoles, 17 de abril de 2013

Pensamientos


            En vida no nos acordamos que hay antes y después de la muerte, pero después de muertos si nos acordamos de la vida. Si tuviéramos cara, el rubor sería permanente, y si tuviéramos cuerpo permaneceríamos escondidos por siempre, ¡qué vergüenza!
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            Dios siempre nos habla, siempre nos dice, siempre nos guía; pero lo hace tan bajito, que el ruido de nuestra mente nos impide sentir el más mínimo murmullo. Dios, ¿Por qué no hablas más fuerte?
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            Vive el momento presente ahora, en ver de intentar recordarlo dentro de un rato.
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            Vive este momento porque no volverá a repetirse en toda la eternidad.
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            La muerte nos iguala, iguala al rico con el pobre, al hombre con la mujer, al homosexual con el heterosexual, al ateo con el beato, al joven con el viejo, al guapo con el feo, al listo con el tonto, ¿Por qué no nos igualamos en vida?, ¡Todo sería más fácil!, ¡Todos seriamos más felices!
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            Hay personas que necesitan demostrar cuanto es su poder, casi siempre pisoteando los derechos de los que no tienen. Y yo me pregunto, ¿Para qué?, ¿Se harán más altos, más guapos, más ricos, más listos, más fuertes, sentirán más amor?, no sé, no entiendo la razón.
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            Quien duda no ama.
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            No busques que aquellos que te aman te hagan feliz, dedica tu vida entera a hacer felices tú a los que amas y encontrarás la felicidad que buscas.
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            Vive cada día como si fuera el último y trata a los demás como a ti te gustaría ser tratado.
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            No hay nada en la vida que sea más importante que nada. Todo sólo es vida.
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            Bendice para abrir tu corazón, bendice para abrir el corazón del prójimo.
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            Es mejor llevarse bien contigo mismo, ya que tú mismo eres la única persona  con la que tienes que convivir toda la vida.
 

viernes, 12 de abril de 2013

Las pequeñas cosas de cada día


            Todos sabemos que no somos el cuerpo, que somos un alma; de la misma manera que tenemos un conocimiento bastante aproximado de que el Amor con mayúscula, el Amor incondicional, el auténtico y verdadero Amor, es una energía que se siente en el interior y que nadie nos va a hacer sentir nunca, ni tan siquiera la tan cacareada como inexistente alma gemela; al igual que tampoco vamos a conseguir la tan ansiada felicidad con nada ni nadie procedente del exterior, ya que la felicidad, como el Amor, es un estado interior.
            Pero ¡qué difícil es vivir desde el alma!, o sentir el Amor, o la felicidad, (hablamos del Amor incondicional y de la felicidad permanente). Y no será porque no lo intentemos, aunque sin mucha convicción, por supuesto, ya que esto supone un trabajo adicional, y como tampoco conocemos a muchas personas normales que lo hayan conseguido, creemos que las posibilidades de conseguirlo son una entre un trillón.
            Es cierto, que algunas personas parece que lo han logrado, pero no parecen estar a nuestra altura, parecen muy elevados, y enseguida se les cataloga de Maestros, Santos o Gurús.  Pero también es posible, que no se nos ocurra pensar que esas personas, que parecen extraordinarias, no nacieron así, y que lo conseguido por ellos, sólo es fruto de su propio trabajo. ¿Por qué no vamos a poder conseguirlo nosotros? Sólo se necesita una pequeña dosis de trabajo interior. Pero si, ya sé que cualquier trabajo interior, por pequeño que se nos anuncie, nos parece una montaña insalvable. Preferimos, por ejemplo, leer, creyendo que con ese conocimiento vamos a conseguir alguna cosa. Lo cierto es que sólo adquiriremos un cierto conocimiento, bastante raquítico, comparado con el conocimiento que llega por sí solo, cuando abrimos las puertas de nuestro interior.
            Si cualquier cosa que se defina como “estado interior”, es difícil de conseguir para los que nos podemos considerar seres normales, (nada de maestros, ni de gurús), podemos intentar acercarnos a ese estado interior con las pequeñas cosas de la vida. Es también una manera de conseguirlo: No gritar a la pareja por cualquier nimiedad, dedicar un ratito cada día para jugar con los hijos, dar una limosna al pobre que encontramos cada día en la esquina de casa, comprender los gritos (inútiles) de nuestro jefe y no caer en su provocación, etc., etc.
La propuesta es bien sencilla: Es prestar atención y agradecer todo lo bueno que nos sucede cada día, dejando a un lado lo que calificamos como malo, y ayudar a todos en todo lo que podamos. Es buscar lo bueno de las personas, en vez de resaltar lo que parecen sus fallos. Es vivir con atención cada segundo de vida, en vez de lamentarnos permanentemente por todas aquellas cosas de las que creemos que carecemos. Es vivir sin atarnos a ningún deseo ya que cuando estos se cumplen, no suele ser en el momento que nosotros deseamos, ni suele ser exactamente como deseamos. Es cierto que no recibimos lo que queremos cuando lo queremos, sino que recibimos lo que necesitamos, en el momento en que eso es necesario.
Está en nuestras manos, en nuestra cabeza y en nuestro corazón evolucionar, crecer y madurar en dignidad, y no es nada difícil, solo hemos de prestar atención a las pequeñas cosas de cada día.
¡Que tengas un feliz día!

jueves, 11 de abril de 2013

Estoy de regreso


          Han sido dos meses y medio intensos, han sido dos meses y medio de viaje, de un viaje que no me ha llevado nada lejos en la distancia, pero sí bastante lejos en el tiempo, en mi propio tiempo. Aprovechando las circunstancias que la vida nos presenta, que la vida me ha presentado en su continuo fluir, he realizado un viaje, corto, pero muy intenso hacia mi interior.
            He realizado un recorrido por las arenas del desierto de la paciencia, aceptando los contratiempos para vencer mis debilidades; he paseado por los vaivenes de la tolerancia, tratando de entender otros comportamientos diferentes a los que me tienen acostumbrado mis propias creencias; he sufrido el camino de espinas de la humildad, aceptando mis habilidades sin vanagloriarme de ellas, y aceptando, o tratando de aceptar, y superar a la vez, mis propios defectos; y como fruto de todo eso crecer en amor y comprensión, o ¿Primero ha sido crecer en el amor?, no estoy muy seguro, pero tampoco importa.
            Siempre he creído que en cada virtud, como en cada mal hábito, hay grados, y cuando se viven situaciones en las que se siente que algo se mueve para bien en el interior, soy consciente de lo lejos que estoy, de lo lejos que estamos los seres humanos, del punto máximo de cada una de ellas. Pero a fin de cuentas, este es nuestro único trabajo en el cuerpo, crecer en el amor, y en nuestra agenda de vida se encuentran marcadas, con rotulador fosforescente, las situaciones y las circunstancias que nos van a permitir nuestro crecimiento en el amor. Es nuestra opción aprovecharlas o no. 
            Doy gracias a Dios, a pesar de haber estado muy enfadado con Él, que me ha permitido sobrellevar las situaciones presentadas, yo creo que aprovechándolas y creciendo, posiblemente no en toda su magnitud, y tampoco se en que porcentaje, pero si me siento feliz por el trabajo realizado.
 Me alegro de poder disponer, espero que con una cierta asiduidad, como antes del viaje, de algunos minutos para poder acercarme al blog después de este tiempo, me alegro de reencontrarme de nuevo con vosotros.    
 

domingo, 3 de febrero de 2013

La nueva religión IV


(Continuación de la Nueva Religión III)
La prueba de fuego total es vivir el Amor Divino en pareja: sin reproches, sin el domino del uno sobre el otro.
Me encanta la frase de Virginia Satir, escritora norteamericana, que escribe del Amor Incondicional: "Te quiero amar sin aferrarme, apreciarte sin juzgar, unirme a ti sin invadirte, invitarte sin exigir, abandonarte sin culpa, examinarte sin culpar y ayudarte sin insultar. Si puedo recibir lo mismo de ti, entonces podremos encontrarnos y enriquecernos de verdad".
Una relación basada en el Amor Divino, es la unión de dos almas, de dos almas que saben que con su unión sólo están cumpliendo el Plan Divino; y saben también, porque el alma lo sabe todo, que esa relación es finita, que puede durar un día, un mes, un año, un lustro, o una vida física, porque el objetivo de esa relación es, como todas, acumular experiencias para el alma, aprender, enseñar, y liberarnos de karma.
No conozco muchas relaciones basadas en el Amor Divino, y las relaciones que no tienen como bandera ese Amor, tienen muchas posibilidades de…………….. de todo lo que conocemos……..: Engaños, frustración, maltratos físico o emocional, etc.
Si existiera Amor Divino, no existiría el planteamiento de sentirse mal porque la relación se haya desgastado. La felicidad es consustancial con el Amor Divino: Si se siente Amor Divino, se es feliz, con independencia de la pareja, de la relación, de la vida. Y como la relación, ya sabemos que es finita, cuando el trabajo por el que se estableció la relación, (por supuesto que de manera inconsciente), concluye, cada miembro de la pareja puede seguir su camino de crecimiento sin odio, sin culpa, ayudando al otro desde el Amor que se siguen manifestando.
Para sentir el Amor Divino se ha de vivir desde el corazón, y no desde la mente, un segundo tras otro, un minuto tras otro, un día tras otro. No es suficiente sentirlo durante una meditación, y ya está, no, ha de ser permanente, porque además una relación desgastada, es ideal para perder la conexión con el corazón e instalar a la persona en la mente a una velocidad increíble.
Si existe una relación desgastada, hay que enfrentar la situación, con amor, e imaginar que se habla con uno mismo, diciendo lo que a la persona la gustaría que la dijeran a ella, y diciéndolo de la forma como la gustaría que se lo dijeran a ella. Si alguien se encuentra en ese punto es seguro que ninguno de los miembros de la pareja sabe lo que es el Amor Divino. En ese caso se ha de actuar, conscientemente, con ternura, sin crear falsas expectativas; para que al menos, no acabe también el cariño existente.
 El Amor no sólo es la respuesta, el Amor también es el camino. Más amor significa más conciencia, y más conciencia más conocimiento de quien eres, y el descubrimiento de quien eres es una explosión de júbilo, porque ese descubrimiento te pone en contacto con tu naturaleza esencial, el Amor, con todos sus atributos,  paz, alegría, sabiduría, fortaleza, etc., etc. Y en ese momento se termina el dolor, se termina la enfermedad, las preguntas tienen respuestas, los problemas se difuminan como el humo, y el miedo desaparece sin más, porque se ha encontrado el Amor, que es lo único que existe, lo demás sólo está en la mente.
El amor que puede morir no es amor, el amor verdadero dura toda la vida física y no física, y si la formalización de una pareja se basa según la sociedad y la religión en el amor, ¿Qué tipo de parejas estamos formando entre personas que no se aman?, ¿No estaremos fomentando la creación de núcleos en los que existe la indiferencia, la tristeza, a veces el odio, la incomprensión, el dominio sobre el otro, el maltrato físico y emocional, a veces la muerte. Y es en ese núcleo donde vienen al mundo los hijos de esas parejas que no se aman. ¿Qué pueden enseñar esos padres?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad quien no sabe de que le están hablando?, ¿Cómo van a enseñar la felicidad personas que dicen que…. bueno…… la felicidad es algo que se puede conseguir algunos ratos, ¿Algunos ratos?, ¿Cuándo?, ¿Cuándo gana tu equipo?, ¿Cuándo engañas a tu pareja?,  ¿Cuándo?
Casi todas las personas consideran felicidad la consecución de un deseo. Deja de leer por un momento, y reflexiona sobre tus momentos de felicidad, ¿Cuántos de esos momentos no están unidos a un deseo conseguido? Reflexiona.
La felicidad, amigos míos, no tiene nada que ver con ningún deseo cumplido, la felicidad es un estado interior, y ese estado, no aparece a ratos, cuando se consigue es permanente, en mayor o menor medida, pero estable. La felicidad va unida a este Amor que no muere. Si eres feliz a ratos, es que no sabes lo que es el Amor, ni por supuesto la felicidad. Si te enfadas, si criticas, si no respetas a todos los demás, si no colaboras, tampoco sabes lo que es el Amor ni la felicidad. Debes de ser de una de las miles de religiones que pululan por el planeta, no eres de la nueva religión. 
            El amor que no muere es el que vive en el corazón. Y el amor que vive en el corazón consigue para ti la felicidad SIEMPRE, por nada, porque si, sólo porque amas. El proceso que has de seguir es el siguiente: Primero has de aprender a amar, y es después, cuando ya sabes amar cuando podrás amar a alguien, incluido en ese alguien a los que serán tus propios hijos. Mientras no sepas amar, ¿Cómo vas a amar?
Y ¿Cómo se aprende a amar?, ¿Cómo se aprende a conducir?, pues conduciendo, ¿Cómo se aprende a cocinar?, pues cocinando. ¿Ya sabes cómo se aprende a amar?, claro, amando. Lo mejor es la práctica, y la mejor práctica, es la Regla de Oro: “Trata a los demás como tu mismo quieres ser tratado”. Como se supone que lo que quieres es que te amen, te valoren, te respeten, que no te juzguen ni te critiquen, esa va a ser la forma en la que vas a tratar a todas las personas, “como si fueras tu mismo”; al principio, lo has de hacer conscientemente, ya que no es ese el tratamiento que normalmente surge de tu inconsciente. Cuando vemos a alguien que tiene un defecto y mil virtudes, rápidamente nos centramos en criticar el defecto, cuando teníamos mil virtudes para alabar. Eso es lo que hemos aprendido, a buscar el fallo y a criticar lo diferente. Tenemos que desaprender lo aprendido. Tenemos que aprender a amar en lugar de criticar.
Hay una cita preciosa de San Agustín que dice: Ama y haz lo que quieras. Si callas, callarás con amor; si gritas, gritarás con amor; si corriges, corregirás con amor, si perdonas, perdonarás con amor.
Existen medicamentos de todo tipo para combatir cualquier clase de enfermedad, existen drogas para conseguir que la persona viva estados de euforia o se inhiba de la realidad, existen rituales que transportan a la persona, como si de un viaje se tratara, a vivir estados alterados de conciencia; pero todavía no se ha inventado la píldora del Amor Incondicional permanente.
Pero el problema no es la falta de la píldora para conseguir el Amor, el problema es que las personas no saben lo que es el Amor, porque si lo supieran, la cola del lugar donde se consiguiera daría la vuelta al mundo.
¿Dónde están las colas hoy día?, en las paradas de los mercados, en las grandes superficies, en los cines; y ¿Porqué ahí? La explicación es sencilla, porque es ahí donde se espera encontrar la felicidad y el Amor, en nuestro exterior, en lo que nos pueden dar los demás. Nuestros educadores, padres y maestros, nos han enseñado eso, porque eso es lo que ellos creen, y eso es lo que a ellos les han enseñado.
Pero no es así, no es en esos lugares donde vamos a encontrar la felicidad y el Amor, porque si se encontrara en esos lugares, alguien la habría encontrado, y nos habríamos enterado, porque seguro que habría salido en la tele, pero no parece que eso haya ocurrido. Parece claro entonces que el Amor Incondicional no se consigue con que te toque la lotería, parece claro que no se consigue con una opípara cena, ni estando en posesión del último invento electrónico o viendo una película ganadora de diez premios.  
No es fácil explicar lo que es el Amor Incondicional, creo que es más difícil que explicar a un invidente como es el color rojo. El color rojo hay que verlo, el Amor hay que sentirlo.
Quien ha conseguido sentirlo aunque haya sido por una sola vez y haya durado un solo instante, sabe de sobra lo que es, como es, y la manera de conseguirlo; y seguro que ya está trabajando para volver a sentirlo. Cuando se ha sentido, ya no se tienen dudas de lo que es, pero por si te queda alguna duda, tienes que saber que quien siente Amor Incondicional, ni critica, ni juzga, ni controla, ni maltrata, no se siente víctima ni superior a nadie, no se siente dueño ni sirviente de nadie, por lo que no sabe lo que son los celos, no siente tristeza, ni orgullo, ni ira, no tiene dudas, no tiene miedo, sólo siente compasión, sólo acepta, sólo respeta, solo siente paz y alegría, siente seguridad; porque se sabe unido con todo lo creado, porque se sabe parte de Dios.
Sabiendo a ciencia cierta que esos son los efectos del Amor Incondicional, ¿No harías cola donde vendieran la píldora del Amor? Pues no la hagas, yo te doy la píldora del Amor, de manera gratuita, es una meditación, la meditación Metta. Seguro que has realizado alguna vez esta meditación, te recuerdo como hacerla:
Metta significa Amor Universal.
La meditación consta de cinco partes. El tiempo de duración de cada parte podría ser de cinco o diez minutos.
Las cinco partes son:

Enviar amor hacia nosotros mismos.
Enviar amor hacia un buen amigo o familiar.
Enviar amor a alguien con quien no se tiene trato.
Enviar amor a una persona difícil o un enemigo.
Enviar amor a todos los seres.
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Coloca las manos apoyadas en las piernas con las palmas hacia arriba. Los dedos en Gyan Mudra, (junta las yemas del pulgar y del índice en ambas manos, dejando los otros tres dedos juntos y estirados).
-          Coloca la punta de la lengua en el paladar.
-          Cierra los ojos o déjalos una decima parte abiertos.
-          Lleva la atención al corazón.
-          Empieza respirando lenta y suavemente por la nariz, con una respiración abdominal, alargando la exhalación en las primeras respiraciones.
-          Permite que con cada exhalación salga toda la tensión de tu cuerpo.
Primera parte:
-          Visualízate a ti mismo delante de ti.
-          Siente como sale una luz dorada desde el centro de tu corazón, y te envuelve completamente.
-          Siente que desde tu corazón te estás llenando de amor a ti mismo.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo Soy ese Yo Soy, Yo Soy Amor, Yo Soy Paz, Yo Soy Alegría.
-          Siente que te amas, que te valoras, que te toleras, que te sientes feliz contigo, siente que te respetas.
Segunda parte:
-          Visualiza a tus amigos y a tu familia delante de ti.
-          Siente como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve completamente. Es fácil, es una persona a la que quieres.
-          Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-          Siente que amas, que valoras, que reconoces las cualidades de esa persona.
Tercera parte:
-          Visualiza a una persona que te sea indiferente delante de ti.
-          Siente como sale esa luz dorada desde el centro de tu corazón, y la envuelve completamente.
-          Queremos reconocer en esta parte a ese ser humano como un igual a nosotros.
-          Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te bendigo con Amor.
-          Siente que reconoces la conexión entre todas las cosas, y por supuesto con esa persona.
Cuarta parte:
-          Visualiza a tu enemigo.
-          Siente como sale la luz dorada desde el centro de tu corazón, y le envuelve completamente.
-          Es posible que te surjan preguntas del tipo: ¿quién puede sentir amor hacia un canalla? ¿hacia aquel que tan mala jugada me ha gastado?
-          El que esa persona sea “mala”, no justifica que tú también lo seas Siente el amor que sale de tu corazón.
-          Repite en silencio dentro de ti: Yo te perdono, yo te bendigo con Amor.
-          Siente que perdonas  y bendices a esa persona.
Quinta parte:
-          Visualiza la Tierra delante de ti.
-          Siente como la luz dorada que sale desde el centro de tu corazón la envuelve completamente.
-          Repite en silencio dentro de ti: Que cada persona, que cada ser sea bendecido.
-          Siente que envías tus sentimientos de comprensión, reconocimiento, tolerancia y amor, hacia todos los seres humanos, hasta el último rincón de la tierra, hacia todos los animales de todas las especies, hacia el planeta, hacia sus ríos, sus valles, sus montañas, sus bosques. Hasta donde la existencia se exprese sin importarnos la forma, sin discriminaciones.
 

-          Cuando creas que has finalizado, vuelve a ti, siente el amor en tu corazón, disfruta de la sensación.

-          Para finalizar la meditación, respira más profundamente alargando la inhalación. 

Capítulo (II), parte (IV) del libro “Vivir desde el corazón es más fácil”.