El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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jueves, 14 de agosto de 2014

Regreso a Dios (Una vida de servicio)


El que no sirve para servir, no sirve para vivir.
Madre Teresa de Calcuta 

Esta entrada es una continuación de la anterior: Regreso a Dios (Una vida de virtud).
Vivir desde el alma para regresar a Dios requiere que a la vida de virtud se le añada una vida de servicio. ¿Qué es una vida de servicio? Los valores más importantes de la esencia humana son el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores.
El servicio es el ejercicio de la caridad. Una actitud de servicio es reconocer en cada ser humano a una persona valiosa, a una persona de quien se puede aprender y a quien se puede ayudar, una actitud de servicio es mostrar interés por lo que le sucede a la otra persona, es la capacidad de entender que sienten las personas, es incluir en nuestra vida el hábito de ayudar antes de ser ayudados, al hábito de comprender antes de ser comprendidos, el arte de amar antes de ser amados.
Bien podemos recordar aquí la hermosa oración de San Francisco de Asís:
Señor, haz de mí un instrumento de tu paz:
donde haya odio, ponga yo amor,
donde haya ofensa, ponga yo perdón,
donde haya discordia, ponga yo unión,
donde haya error, ponga yo verdad,
donde haya duda, ponga yo la fe,
donde haya desesperación, ponga yo esperanza,
donde haya tinieblas, ponga yo luz,
donde haya tristeza, ponga yo alegría.
Oh, Maestro, que yo no busque tanto ser consolado como consolar,
ser comprendido como comprender,
ser amado como amar.
Porque es dando como se recibe,
es olvidando como se encuentra,
es perdonando como se es perdonado,
y muriendo se resucita a la vida eterna.
Cuando se desarrolla una actitud de servicio a los demás, se está intercambiando servicio por poder. El poder que se recibe es una influencia sobre las personas a las que has ayudado, que hace que te conviertas para ellas en un líder, quieren estar contigo, te vuelves importante para ellas, eres como un imán para esas personas, te necesitan, te consultan, te respetan.
 
La actitud de servicio va siempre unida a una actitud positiva, es por eso que las personas con actitud de servicio a los demás, son personas alegres, optimistas, que esperan siempre lo mejor de la vida.
Las personas con actitud de servicio son responsables de sus propias vidas, tienen el control de sus vidas a pesar de las circunstancias. No viven echándole la culpa a los demás de lo que les sucede.
Se puede reaccionar en forma positiva o negativa; las personas responsables de su propia vida eligen reaccionar en forma constructiva, no se dejan influenciar negativamente del ambiente. Son aquellas personas que deciden hacer lo que hay que hacer, a pesar de las circunstancias, y punto.
El servicio a los demás también es un signo de madurez. Las personas con actitud de servicio comprenden todos los beneficios que obtienen al comportarse de esta manera con las demás personas y descubren que es una filosofía de vida, un estilo de vida, el cual es un privilegio alcanzar. Servir a los demás solo se le es dado a los seres grandes.
De todo lo anterior podemos concluir que la actitud de servicio es una marca indeleble de la gente superior, del líder, de la gente iluminada, de las personas con personalidad magnética, del padre y la madre amorosos, del maestro comprometido con su profesión, del estudiante responsable, del empresario triunfador, del empleado  eficaz, es decir todo lo que cualquier persona puede desear: ¡una bendición divina! ¡un privilegio! Reservado solo para los seres superiores.
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el coche fue conducido hasta el estacionamiento.
¡Oye tú!, cógeme las maletas, gritó el británico a Gandhi. Gandhi miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate, ¡eh tú, hindú!, repitió el inglés con fuerza, ¡He dicho que me cojas las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras, porque en esa época los hindúes  eran considerados menos que los demás.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
¡Mira tú, indio!, ¿Cuánto te debo?, dijo el magnate. Señor, usted no me debe nada, contestó Gandhi cortésmente.
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?,  insistió el hombre. Señor, repitió Gandhi, yo no voy a cobrarle nada.
¿Tú trabajas aquí?, ¿no? No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas? Porque usted me pidió que lo hiciera, y lo hice, dijo Gandhi.
¿Quién eres tú? Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India. Bien, bien... entonces, ¿Cuánto me vas a cobrar? Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle, dijo Gandhi.
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas, dijo nuevamente el inglés, entonces ¿por qué me la subiste? Señor, expresó el futuro Mahatma, yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.

martes, 12 de agosto de 2014

Regreso a Dios (Una vida de virtud)


Recuerde esto.
Cuando las personas escogen el retirarse del fuego,
el fuego continua dando calor, pero ellos se enfrían.
Cuando las personas escogen alejarse de la luz,
la luz continua siendo brillante, pero ellos están en la oscuridad.
Esto es lo mismo que pasa cuando la gente se aleja de Dios.
                                                          San Agustín          

La humanidad, o mejor, para no ser catastrofista, una parte importante de ella, se encuentra separada de Dios, se encuentra sumergida en un sueño, se encuentra sumergida en el sueño de la vida, viviendo una ilusión, viviendo una fantasía, sin ser conscientes de su origen, sin ser conscientes del camino por el que han de transitar, sin ser conscientes de quienes son sus compañeros de viaje, sin ser conscientes de su equipaje, sin ser conscientes de su destino. Esa parte importante de la humanidad se encuentra dentro de una burbuja tratando de defender su espacio, a capa y espada, contra todo aquel o todo aquello que pueda suponer un peligro para la estabilidad de su burbuja.
            Al vivir separados de Dios los seres humanos buscan unirse a algo, y en su sueño calibran cual puede ser la unión más fructífera para ellos, cual la más cómoda, cual la menos dolorosa, cual la que les va a proporcionar una vida plena y feliz. Pero está claro que no lo consiguen, ya que si lo consiguieran su vida sería una vida sin dolor, una vida sin sufrimiento, y son muy pocas las personas que ante la pregunta de ¿Eres feliz? Contestan “si”, con una sonrisa que hace que sus ojos bailen al son de la música de esa felicidad que sienten. Del resto, unos contestan que “si, a ratos”, otros te responden con una perorata para demostrar que la felicidad no existe, otros te miran de manera extraña como no entendiendo la pregunta, o preguntándote a su vez ¿Cómo puedes preguntar semejante tontería?
¿Será entonces que no consiguen vivir esa vida que desean porque en su maquinación eligen una opción de unión equivocada? La respuesta es “si”. Los seres humanos buscan uniones desde una perspectiva errónea. El error consiste en que buscan las uniones, de cualquier tipo, para satisfacer algo que les atrae de manera inconsciente, el anhelo de paz, el anhelo de amor, el anhelo de felicidad y el anhelo de unión con Dios, que nace del alma. Buscan satisfacer ese anhelo en el exterior, lo buscan en el poder, en el dinero, en los estándares de belleza y moda. Y algo debe de fallar, porque nadie lo encuentra. Algunos parece que lo consiguen, pero no es definitivo, puede durar una temporada más o menos larga, pero al final se acaba y vuelve el sufrimiento.
El anhelo del alma no busca una satisfacción de un día,  de un mes, de un año y ni tan siquiera de una vida. El alma busca una satisfacción que tenga una duración igual a la suya, es decir que dure una eternidad.
No parece que nada caduco pueda durar una eternidad. Por lo tanto hay que buscar en otro lugar, hay que buscar otra opción que sea duradera, más que duradera, que sea eterna. Y  lo podemos encontrar en Alguien tan eterno como el alma, lo podemos encontrar en Su Propio Creador, lo podemos encontrar en Dios.
Nada puede apartar de Dios al espíritu humano. Por lo tanto, el primer trabajo para regresar a Dios es entendernos a nosotros mismos, y convertirnos en seres espirituales. Un ser espiritual es aquel que estando en el mundo, entiende que hay una razón de su estancia aquí, que esa razón es la unión con Dios y que para esa unión necesita vivir desde su alma.
Vivir desde el alma para regresar a Dios requiere cierta dosis de consciencia, de trabajo, de voluntad y de paciencia.
 
Hemos de vivir una vida de virtud. Pero ¿Qué es la virtud?, Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría y felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para uno mismo y para los demás.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.

sábado, 31 de marzo de 2012

Solo meditar no es suficiente

                La meditación por sí sola no es suficiente para avanzar de manera rápida y segura en el camino de evolución y de crecimiento interior.

La meditación es un abono, es como cuando abonamos un campo en el que no se ha realizado ningún trabajo previo, lo mismo crecen más fuertes las buenas hierbas que las malas. Para que el abono sea fructífero y se pueda obtener un buen rendimiento al campo, antes de abonar, se ha de limpiar el campo de las malas hierbas, para que así, solamente las buenas hierbas crezcan sanas y fuertes con el abono.
De igual manera actúa la meditación, incrementa la energía del campo energético del meditador, y lógicamente de sus chakras, que son una parte de ese campo, pero se incrementan, en la misma medida, tanto las energías positivas como las energías negativas. Por lo tanto se ha de limpiar el campo energético de energías negativas, de la misma manera que se quitan las malas hierbas del campo que se va a abonar, para que sólo sean abonadas las energías positivas.
Es cierto que hay algunas meditaciones en las que se puede ir limpiando las energías negativas del cuerpo energético a la vez que se energiza este. En unas se pueden trabajar todos los chakras, en otras se trabaja chakra a chakra, y en otras se trabajan ciertos aspectos del carácter de la persona para eliminar en concreto ciertas energías negativas.
Pero, posiblemente sea más rápido ser conscientes de cuáles son las energías negativas, (rabia, miedo, orgullo, ira, falta de amor, tristeza, pereza, apego al dinero, apego al poder, egoísmo, agresividad, etc.), que están entorpeciendo el proceso de crecimiento, para trabajar específicamente en ellas y conseguir así, su eliminación.
Para poder trabajar en las energías negativas, lo primero y principal es ser consciente de que están ahí. Difícilmente se podrá eliminar algo de lo que no se tiene conocimiento. Conocer y aceptar que se está en posesión de una energía negativa, es decir, de un defecto, es un signo de valentía tan grande que es el primer paso para su eliminación. La sola aceptación del defecto elimina una buena parte de su energía. El resto se ha de eliminar aplicando en la vida diaria, de manera consciente, la virtud opuesta, hasta que la energía de la virtud elimine totalmente la energía del defecto. Para ayudar en este trabajo se pueden realizar meditaciones específicas, que existen en muchas filosofías o yogas, para la eliminación del defecto en cuestión, y también se puede acudir a algún terapeuta, que ayude con alguna sesión de sanación.
Se ha de poner una especial atención, y ser totalmente honestos a la hora de cuantificar los defectos con los que se va a trabajar, porque pueden estar tan arraigados en la persona y ser una característica tan importante de su carácter, que la misma persona puede presumir de su defecto como si de una virtud se tratara, con lo que en su inconsciencia, va a meditar años y años, sin conseguir avanzar ni un milímetro en su evolución, o hacerlo tan lentamente que es como si no se moviera.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Curso de crecimiento interior (4)

Vicios & Virtudes (2)

Para practicar la construcción del carácter hay que dejar de identificarse con el cuerpo físico, hay que dejar de identificarse con la mente; y sólo por eso, por dejar de identificarse con el cuerpo físico y con la mente, ya se activa el desarrollo espiritual.
El cuerpo físico sólo es un instrumento nuestro, no somos nosotros, pero es un instrumento viviente. Posee algo que puede llamarse semiconciencia, tiene hábitos, y algo que se asemeja a una voluntad, de tal manera que puede resistirse a nuestros esfuerzos por cambiar sus métodos.
El primer paso para someter el cuerpo físico a nuestro control es separarnos de él en conciencia, y darnos cuenta de que no somos él, sino que somos su dueño.
Pero esta actitud no se adquiere sólo con pensar en ella. Es el resultado de una disciplina rígida y persistente.
Separarse del cuerpo comporta un  trabajo de cuatro etapas:
-      Purificación del cuerpo.
-      Control del cuerpo.
-      Mantener el cuerpo saludable.
-      Sensibilización del cuerpo.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para dejar de fumar, voluntad para no comer carne, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud, ya que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.
Pero, ¿qué es una vida de virtud?: La palabra virtud, del latín “virtus”, igual que su equivalente griego, “areté”, significa "cualidad excelente", "disposición habitual a obrar bien en sentido moral".
Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría y felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para un@ mism@ y para los demás.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Curso Crecimiento interior (3) Vicios & Virtudes (I)

Vicios & Virtudes (1)

Los vicios, los miedos, las debilidades, son energía que nos envuelven como las capas de la cebolla, y se pueden ir eliminando poco a poco hasta que esas capas sean reemplazadas por pensamientos correctos, palabras correctas y acciones correctas.
La palabra vicio proviene del latín “vitium”, que significa «falla o defecto», aunque el significado social que se le ha dado a la palabra se ha ido ampliando para incluir muchas otras acepciones.
Un vicio es todo hábito o práctica que se considera inmoral, depravado o degradante en una sociedad. Con menos frecuencia, la palabra puede referirse también a una falta, a un defecto, a una enfermedad o tan sólo a un mal hábito. El vicio es el antónimo (el opuesto) de la virtud.
Vicios son aquellos actos por los que una persona se daña a sí misma o a su propiedad. Como más tarde tendrás que hacer un repaso de tus vicios, de tus faltas, de tus defectos o tus malos hábitos, te detallo algunos que se consideran como tal: Arrogancia, avaricia, cobardía, corrupción, crueldad, egocentrismo, egoísmo, gula, infidelidad, intolerancia, lujuria, misantropía, negligencia, orgullo, pereza, vanidad.
Los vicios son normalmente placenteros, al menos por un tiempo y a menudo no se descubren como vicios, por sus efectos, hasta después de que se han practicado durante años, quizás una vida entera, o varias. Muchos, quizá la mayoría, de los que los practican, no los descubren como vicios en toda su vida. Y las virtudes, sus opuestos, a menudo, parecen tan duras y severas, y generan tanto trabajo para conseguir unos resultados que, con frecuencia, los percibimos como distantes e incluso invisibles a la mente de muchos, que no son reconocidas como virtudes. En realidad, los estudios de profundos filósofos se han dedicado (si no totalmente en vano, sin duda con escasos resultados) a esforzarse en trazar los límites entre las virtudes y los vicios.
A los vicios se oponen las virtudes, al miedo se opone el amor, y a las debilidades, se opone la fortaleza.
La formación del carácter es sacar a la luz nuestras cualidades divinas, cualidades que se encuentran en estado latente, y aproximan nuestra imperfecta naturaleza a la perfección Divina.
Arrastran miedo “qué pensará la gente”, arrastran dudas “y si esto me sale mal”, arrastran  orgullo “si doy esto a conocer podría perder este pedestal”, arrastran falta de amor hacia ellos mismos “es que yo no sé”, arrastran pereza “cuanto trabajo”, arrastran falta de fe “mejor no tocarlo podría salir mal”, arrastran falta de confianza “a mí no me pasa lo mismo, siempre me sale mal”, arrastran dolor “que vida tan dura”, arrastran apego “yo por los míos doy la vida” ………………………..
Cada persona ha de ser consciente del lugar en el que está y de cuál es su lastre, ya que si no, no se mueve, no deja ir ese peso. Por ejemplo, si una persona está en el camino del orgullo, no le puedes presentar el camino de la humildad porque no lo entiende, lo primero que tiene que tener claro es que su camino es curar su orgullo, tiene que reconocerlo, y eso es difícil. La dificultad para llegar a buen puerto no es que esa persona no trabaje, puede meditar cada día, el problema es que está trabajando en una dirección incorrecta, está trabajando en vacío.
Podríamos pensar que meditando sería suficiente para conseguir el crecimiento interior que se persigue, ya que al inundarnos en la meditación con otra energía de vibración más sutil, cercana a la energía divina, podría ir sanando todos los aspectos del cuerpo, tanto físico como energético. Es un error. La meditación es un abono, e incrementa todos los aspectos que existen en el ser, tanto buenos como malos. Podría ser contraproducente, podría incluso incrementarse su orgullo y pasar a tener orgullo espiritual, lo cual sería mucho peor.
Para saber realmente lo que hay que trabajar se ha de ser consciente de lo que realmente está impidiendo el desarrollo interior. Sólo conozco una manera, hay que pedir ayuda, ya lo hemos dicho un montón de veces, ya es hora de hacerlo: Pide a las personas cercanas a ti que te hagan una lista, con tus virtudes y tus defectos. Las guardas, les das las gracias, y después en la soledad de tu meditación ordenas tus defectos. Si eres de los que piensan que tú no necesitas hacer esto, que ya sabes de qué pie cojeas, este es tu primer defecto, cojeas de los dos pies.
Después solo tienes que elegir un defecto para empezar a trabajar. Acuérdate, has de aplicar la virtud contraria, al principio conscientemente, hasta que veas que realmente la visión de la vida empieza a cambiar. Sólo por el hecho de asumir que tienes ese defecto, has realizado casi el ochenta por ciento del trabajo. Pronto llegarás al siguiente camino. Y a partir de aquí la meditación será otra cosa.
Trabajo a realizar:
1.)    Elabora, con ayuda de los que te conocen, dos listas: Una con tus defectos y otra con tus virtudes.
2.)    Elige el defecto más importante para trabajar con él. Reconócelo, se consciente de cuando se hace más patente, y mantente alerta para observarte en todas las situaciones.
3.)   Y sigue realizando diariamente la meditación que has comenzado a hacer desde la primera entrada.
            Sólo tienes que sentarte, cerrar los ojos, colocar la punta de la lengua en el paladar, dejar las manos apoyadas en los muslos con las palmas de las manos hacia arriba, y respirar, lenta y suavemente, por la nariz, con una respiración abdominal, permitiendo que con la exhalación vaya saliendo toda la tensión de tu cuerpo. Y empieza a repetir en silencio: “Yo Soy Luz, Yo Soy Amor, Yo Soy el Alma, Yo Soy la Resurrección y la Vida”.
Recuerda que puedes hacerla el tiempo que quieras, pero intenta que el mínimo sean once minutos.

jueves, 11 de agosto de 2011

Alabanzas & Críticas

            Creo, que la inmensa mayoría de las personas, no somos especialistas en destacar las virtudes de los demás. Estamos especializados en hacer hincapié en lo que consideramos defectos, y ahondamos en ellos hasta casi hacer sangre.

            ¿Alguna vez habéis reflexionado sobre esto?, yo lo he hecho esta mañana, mientras escuchaba a dos señoras como criticaban a una tercera que, lógicamente, no estaba presente. Y me preguntaba: si lo más característico de la señora ausente sería eso que sus “amigas” comentaban indignadas con tanta saña. Solamente era un aspecto, y ¿todo lo demás?, ¿Por qué no alababan con la misma vehemencia algunas de sus cualidades?, ¿Serían capaces de tener la misma conversación si estuviera presente “su amiga”?
            ¿Por qué costará tanto trabajo destacar las virtudes, y se crítica, sin embargo, tan a la ligera, algún defecto?, ¿Quiere esto decir que los que hacen de la crítica su deporte favorito son perfectos?, ¿Sabrán los críticos, que cuando no están presentes son criticados de la misma manera?, lo cual es normal, ya lo dijo Jesús: “Con la vara que mides serás medido”, sólo es la ley del Karma.
            Cuesta el mismo trabajo criticar que alabar, y sin embargo, los efectos generados son opuestos según se hable bien o mal. Alguien puede decir que comentar un defecto no es hablar mal, sino que únicamente es la constatación de un hecho. Pero ¿No es también constatar un hecho hablar de una virtud?, ¿Por qué no hacerlo? La energía generada por una crítica, es como un puñal lanzado a la persona criticada, por el contrario, la energía generada por una alabanza, es como un nube de algodón.
El Karma de la crítica es negativo, han de devolver la crítica;  es cierto que también han de devolver la alabanza, pero es mucho más agradable. Recordar que ya no se genera Karma, cuando todo se hace con y por Amor. ¡Cuando se critica no hay mucho amor por el medio, al contrario, normalmente hay miedo, o envidia, o rencor, u orgullo, pero sobretodo lo que hay es el reconocimiento de los propios defectos reflejados en el espejo de la persona que está delante!
Os propongo que durante la segunda quincena de este mes no hablemos absolutamente de nadie que no se encuentre presente, pero si alguien no puede evitarlo, que al menos, evite la crítica, cualquier crítica, y ya que tiene esa necesidad imperiosa, (sepa Dios porque), de hablar de los demás, que únicamente alabe las virtudes de la persona sobre la que ha decidido disertar.
No hay que hablar de nadie que no se encuentre presente, pero si se hace, que el tema de conversación sea algo que se pueda hablar sin problemas, con la persona de la que se hable.
Todas las personas tenemos muchas más virtudes que defectos, por lo tanto va a sernos muy fácil, cuando hablemos de alguien, poder elegir alguna de sus virtudes y hablar, y hablar, y hablar.

miércoles, 29 de junio de 2011

Kundalini (II)

            Sigamos con la Kundalini: Decíamos que la energía Kundalini en el cuerpo humano se encuentra en la base de la columna vertebral; en donde, tratándose de una persona corriente, permanece dormida y desconocida durante toda la vida. Es mucho mejor que permanezca así, dormida, hasta que la persona haya alcanzado el adecuado desarrollo moral, hasta que su voluntad sea bastante fuerte para regularla, y sus pensamientos bastante puros  para hacer frente a su despertar sin riesgo.
Aunque parezca una tontería hablar de voluntad, moralidad y pensamientos; y unirlos al movimiento de una energía del cuerpo, no lo es. Si el despertar de la Kundalini va parejo al crecimiento de la persona como ser espiritual, es normal esa unión. “Crecer” significa fortalecer la voluntad, dejar en la mente los pensamientos puros, tratar a los demás como iguales, desechar los deseos, vivir una vida de amor hacia todo y hacia todos, ser compasivo/a, ser honesto/a, ser generoso/a con los que más lo necesitan.
            El movimiento de la Kundalini es ascendente, desde la base de la columna, hasta alcanzar la coronilla. En su recorrido va limpiando, purificando y fortaleciendo cada uno de los centros energéticos, (chakras), por los que va pasando. Si en alguno de esos centros hay bloqueos, la energía se estanca, provocando distintas reacciones, dependiendo de los centros que se encuentran bloqueados.

Es posible que hayáis oído o leído que la Kundalini es peligrosa. No lo es, siempre y cuando se sigan ciertas normas, como son:
            Mantener un cuerpo físico puro y sano: Esto significa aumentar en el cuerpo la proporción de las clases más finas de la materia y eliminar o disminuir las más toscas.     Es mediante el sistema nervioso que el alma opera cuando usa el cuerpo físico. El cuerpo es un instrumento, pero el sistema nervioso es el instrumento especial por el que se expresan las emociones y los pensamientos.
Tal como sea la calidad del cuerpo físico será la del sistema nervioso, y por lo tanto su capacidad de responder a vibraciones de diferentes clases, una de ellas, la energía Kundalini.

El cuerpo físico se construye con el alimento y las bebidas que ingerimos, y naturalmente, de la calidad de sus constituyentes dependerá la calidad de esos alimentos.

Es imprescindible el seguir una dieta adecuada:
                   o   Eliminación de  la carne de cerdo.
                   o   Reducción del resto de carnes.
                   o   Incrementar frutas y verduras.
                   o   Abstenerse de:
                               Fumar.
                               Tomar drogas.
                               Bebidas alcohólicas.
                               Beber con moderación (vino, cerveza).

Mantener el cuerpo fuerte y elástico, con alguna de las actividades como:
                              -          Yoga.
                              -          Natación.
                              -          Ejercicio físico.

¿Por qué comer poca carne?: Las carnes son proteína animal concentrada. Cuando matan al animal, sus proteínas se coagulan en pocas horas. Es un proceso llamado de autoputrefacción, en el que la sustancia original empieza a descomponerse liberando diversas toxinas.

Cuando se come carne no se puede descomponer completamente en el tracto digestivo superior, y su proceso de descomposición y liberación de toxinas continua en el colon. Estas toxinas pueden, inicialmente, ser absorbidas por el hígado, pero al cabo de un tiempo el hígado no las puede soportar y el cuerpo se contamina.

Las proteínas vegetales no sufren una autoputrefacción ya que su residuo es la celulosa, que es estable.

La carne está entre los alimentos que más acidez produce y deja un residuo de ácido úrico en la corriente sanguínea. El ácido úrico es una toxina que hace más difícil alcanzar los estados meditativos más claros y superiores debido a que es un irritante en el estómago.

La carne tarda 3 días en pasar a través de todo nuestro sistema. Para una buena salud, los hombres necesitan digerir los alimentos dentro de las 24 horas, y las mujeres en 18 horas.

De cualquier forma, tampoco conviene ser un “integrista”, no se consigue la espiritualidad en la cocina.

La pureza corporal es un medio para conseguir un fin.

Salud significa funcionamiento armonioso de todos los órganos vitales del cuerpo físico.          La persona que goza de buena salud casi no se da cuenta de su cuerpo físico, mientras que la que sufre de mala salud está siempre pendiente de alguna parte de su cuerpo.

Cuando la enfermedad es causa de distracción, es un obstáculo en el camino de unión con el alma. En muchos casos, la enfermedad resulta de desarmonía interna y falta de dominio propio, y desaparece cuando desaparecen esas causas.

Pero a veces, la enfermedad no se puede superar por causas kármicas o por ser necesaria esa enfermedad para el trabajo que ha de desarrollar esa persona. Entonces la persona debe proseguir su trabajo, manteniendo la actitud correcta.
           Mantener una mente sana y un equilibrio emocional:
                              -          Libre de pensamientos impuros
                              -          Agudeza y claridad mental.
                              -          Mantener la calma y la paz interior para ver las cosas con desapego.
                              -          Humildad, gratitud, respeto.
                              -          Honestidad, bondad, compasión, misericordia

Seguir estas pautas es el salvoconducto que va a permitir el ascenso de la Kundalini sin peligro.
            Los peligros del despertar esta energía con un cuerpo insano, una mente enferma de pensamientos y deseos, o mantener desequilibrios emocionales, se denominan: “Síndromes de Kundalini”, y pueden ser físicos, emocionales, mentales, sexuales, kármicos, espirituales y místicos.

Manifestaciones del síndrome físico: Insomnio, fiebre, debilidad física, dolores musculares, irritación cutánea, depresión.

Manifestaciones de los síndromes emocional y mental: Irritabilidad y rabia, problemas de relación, crítica e intolerancia, orgullo, amplificación de los aspectos negativos de la persona.

Manifestaciones del síndrome sexual: Aumento del deseo sexual, deseo sexual incontrolado.

Manifestaciones del síndrome kármico: Mala suerte en cualquier circunstancia de la vida, problemas económicos por doquier.

Manifestaciones de los síndromes espiritual y místico: Superactivación de los sentidos (vista, oído, olfato), experiencias místicas, pérdida del sentido práctico.

Es posible que con un incorrecto despertar de la Kundalini, y sobre todo en los síndromes espiritual y místico, a ciertas personas se les desarrollen ciertos poderes supranormales, con los que ellas, en su ignorancia se sientan orgullosas y poderosas, pero son de una clase que los pone en contacto con una evolución de orden inferior, con la cual no hemos de tener relación. Al otro lado de la vida, no todo son ángeles y querubines, hay verdaderas fuerzas oscuras, que arden en deseos de captar para “su causa” a cuantos más humanos mejor. Es fácil saber si se entra en contacto con estas fuerzas oscuras: Con ellas “nada se hace por amor”.

El despertar incorrecto de la Kundalini tiene otras consecuencias desagradables. Lo intensifica todo en la naturaleza de la persona, y alcanza a las cualidades bajas y malignas antes que a las buenas. En el cuerpo mental, por ejemplo, se despierta muy pronto la ambición desmedida a un grado increíble, probablemente acompañada de un gran poder intelectual, con orgullo anormal, en medida casi inconcebible para lo que es común en las personas.

Si a pesar de todo: Trabajar el cuerpo y mantenerlo fuerte y sano, purificar la mente de pensamientos insanos, mantener el equilibrio emocional, etc., etc., tienes alguna manifestación de estos “síndromes”, consulta con un experto, (ojo, hay muchos que se consideran expertos y no saben, ni han sentido jamás la circulación de la Kundalini). Pero mientras tanto sigue estas normas:

-          Que tu ejercicio físico sea saltar. ¡Sí!, no es una tontería, así la energía vuelve a su lugar de origen.

-          Toma dos o tres baños al día en agua salada. En media bañera echa dos kilos de sal, y permanece en el agua veinte minutos. Si no tienes bañera, al gel de baño añádele sal fina y frota toda tu cuerpo.

-          Mientras dure el síndrome, que la alimentación sea solamente fruta y verdura.

-          Y si realmente has trabajado tu mente, toma contacto con el lugar de tu cuerpo en que se encuentra estancada esa energía y muévela con tu pensamiento: Devuélvela a su punto de partida, o intenta hacerla subir hacia la coronilla.

            Esperamos haber aclarado un poco lo que es la energía Kundalini, y con qué se pueden encontrar las personas en la época actual. Estamos en la Era de Acuario, en ella el crecimiento espiritual va a ser infinitamente superior al que hasta ahora llevaba la humanidad, y puede ser normal el despertar de esta energía. Que al menos se tenga la información imprescindible para tratar con ella.

            Ten por seguro, si estás leyendo esto, que de los cuarenta y nueve niveles de energía Kundalini que todos hemos de despertar, tienes como mínimo tres o cuatro despiertos, y no te has enterado. Así que no sufras por los cuarenta y cinco restantes.

Cuida tu cuerpo, lleva una vida honesta, busca la paz interior y trata a todos como si fueras tú mismo/a. Es la mejor receta para que la energía Kundalini, se manifieste rápida y segura.

martes, 18 de enero de 2011

Triple salto hacia la Luz

Saber quién eres:
Es imprescindible, es importantísimo, es vital, el reconocimiento de que eres Luz, o un alma, o una Chispa Divina, lo que quieras, pero que ese reconocimiento sea total y absoluto. En un principio es suficiente con que ese reconocimiento sea racional, es normal no integrarlo en la conciencia al comienzo del camino y actuar desde ahí. Ya que vivir desde la conciencia de la Luz es algo que se dará al final del trabajo.
El reconocimiento de que eres Luz va a desligarte de tu cuerpo: “Yo no soy el cuerpo”………., pero vives en él. Empieza a reconocer a tu cuerpo como el templo del alma, como el santuario del espíritu. Eso hará que empieces a valorarlo, a respetarlo, a amarlo. Y cuando lo valores, lo respetes y lo ames, empezarás a cuidarlo con mimo, empezarás a cuidarlo con devoción, dándole al cuerpo todo lo que sea correcto para su buen funcionamiento, evitándole sustancias tóxicas y corrosivas. Todo el trabajo que has venido a hacer aquí, lo vas a hacer desde ese cuerpo, por lo que es tu obligación mantenerlo, sano, joven y fuerte, el mayor tiempo posible.
Este reconocimiento de que eres Luz, lleva implícita la sensación de libertad; la Luz, el alma, es libre, no se siente ligada a nada ni a nadie. No debe nada a nadie, no tiene que inclinar la cabeza ante nadie. ¡Eres libre!
Vivir como si ya fueras Luz:
            Vivir como si ya fueras Luz, es vivir la divinidad.  Y ¿cómo se vive la divinidad?, se vive la divinidad amando:
            Alejar pensamientos negativos: Recuerda: “somos lo que pensamos”. No puedes permitirte el mantener pensamientos negativos en tu mente. Para eso has de permanecer consciente la mayor parte del tiempo posible. En el momento que seas consciente de un pensamiento negativo contrarresta esa energía con el pensamiento positivo contrario, o con la virtud contraria, o pidiendo perdón.
            Utiliza palabras correctas: Que ninguna de las palabras que salgan de tu boca sean para herir, o lastimar, o molestar a nadie. Utiliza siempre palabras de alabanza, y destaca siempre los méritos de los demás, sus cualidades positivas, sus virtudes. Si se consigue mantener los pensamientos negativos bajo control, es mucho más fácil no herir con la palabra.
            Realizar buenas acciones: Ayuda a los demás, son Luz como tú. Ayudar no es dar un plato de lentejas o unas monedas, ayudar es sonreír, es apoyar, es abrazar, es escuchar, es besar, es no molestar, es respetar, ayudar es colaborar con el otro, siempre que el otro lo permita
Perdonar: El objetivo final, es que nada debe ser motivo de tu ofensa. Pero hasta que llegue ese momento, perdona de inmediato cada ofensa, no esperes al día siguiente, porque si tardas un día en perdonar, será un día tomando veneno por tu parte. Recupera la “meditación del perdón” que está en este blog y realízala si crees que la necesitas.
            Aceptación: Sólo una frase: “Todo está bien”.
Eliminar obstáculos:
Los obstáculos en esta carrera no hay que saltarlos, no hay que ignorarlos, hay que eliminarlos. Los obstáculos en esta carrera son los bloqueos emocionales, son los hábitos negativos, es la debilidad de carácter.
            Conocer los bloqueos: Para poder eliminar algo, es imprescindible saber que existe, por lo tanto, de la misma manera que decíamos al principio que tienes que saber quién eres, es importante saber cómo eres. Relee la entrada “Pedir ayuda”.
Amar:
 Veinte entradas en este blog están dedicadas al amor. Si tienes alguna duda de lo que es amar, elige la que quieras. Pero las veinte entradas actuales o las doscientas que haya dentro de un año, permitirme resumirlas en dos frases, una en positivo: “Trata a los demás como tú quieres ser tratad@”; y otra en negativo: “No quieras para los demás lo que no quieres para ti”

jueves, 6 de enero de 2011

Yo Soy el Alma (2)

Terminábamos la entrada de “Yo Soy el Alma” diciendo que “Para vivir desde tu alma y hacer que florezca y se convierta en una llama dorada, has de llevar una vida de virtud, haciendo servicio, teniendo apropiadas relaciones con otras personas y con la Naturaleza y mediante la práctica regular de la meditación, de la oración y del silencio”.
¿Lo desarrollamos un poco?, ¿qué es una vida de virtud?: La palabra virtud, del latín “virtus”, igual que su equivalente griego, “areté”, significa "cualidad excelente", "disposición habitual a obrar bien en sentido moral".
Para Platón, la virtud es “la perfección del alma”, y para Aristóteles la virtud es una "excelencia añadida a algo como perfección".
La virtud es un hábito, es un hábito mediante el cual potenciamos las cualidades del alma, (inclusividad, amor, alegría, felicidad, participación, soledad, indiferencia espiritual, impersonalidad, desapego, libertad, serenidad, calma interior, responsabilidad, sabiduría e intuición), y como todo hábito requiere un aprendizaje y una repetición; es decir, se requiere voluntad, por lo que bien podríamos decir que la virtud es una cualidad de la voluntad que, además, supone un bien para un@ mism@ y para los demás.
Desde siempre nos han enseñado que las virtudes son: Teologales y morales. Las virtudes teologales son tres:
-          Fe: Creer lo que no vemos. Por ejemplo el alma, por ejemplo Dios.
-          Esperanza: Confiar en que vamos a alcanzar la Iluminación y vamos a disponer de los medios necesarios.
-       Caridad: Amar a Dios, amarnos a nosotros mismos, y a los otros, como a nosotros mismos.
Las virtudes morales son cuatro:
-          Prudencia: Saber cuál es el verdadero bien, y elegir los medios justos para realizarlo.
-       Justicia: Consiste en la constante y firme voluntad de dar a cada uno lo que le corresponde.
-          Fortaleza: Asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien.
-          Templanza: Modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos.
Los buenos hábitos, es decir, las virtudes, consiguen que se vaya estableciendo el dominio de la inteligencia en la vida del espíritu, es decir, es utilizar la inteligencia. Los vicios dispersan las fuerzas de la persona, mientras que las virtudes las concentran y las ponen al servicio del alma.
Una persona que es perezosa, que tiene el vicio de la pereza, puede fijarse,  propósitos estupendos, pero es incapaz de cumplirlos: su propósito resulta derrotado por la pereza, por la resistencia del cuerpo a moverse. ¡Es imprescindible la voluntad! Voluntad para meditar, voluntad para no juzgar, voluntad para dejar de fumar, voluntad para no comer carne, voluntad para vivir y ser feliz, voluntad para ser cada día mejor, voluntad para amar, voluntad para servir a los demás, voluntad……….., voluntad………., voluntad.
Una persona que tiene virtudes, es decir que tiene voluntad, es libre, es mucho más libre que la persona que no tiene ninguna virtud, que es como una hoja movida por el viento. La persona con voluntad es capaz de hacer lo que quiere, cualquier cosa que decida, mientras que la otra es incapaz. La persona que no tiene virtudes, que no tiene voluntad, no decide por sí misma, sino que algo decide por ella.
¿Qué es una vida de servicio? Los valores más importantes de la esencia humana son el esfuerzo desinteresado, el servicio y la lucha a favor de una sociedad mucho mejor y unos seres humanos superiores.
El servicio es el ejercicio de la caridad. Una actitud de servicio es reconocer en cada ser humano una persona valiosa, una persona de quien se puede aprender y a quien se puede ayudar, una actitud de servicio es mostrar interés por lo que le sucede a la otra persona, es la capacidad de entender que sienten las personas, es incluir en nuestra vida el hábito de ayudar antes de ser ayudados, al hábito de comprender antes de ser comprendidos, el arte de amar antes de ser amados.
Cuando desarrollas una actitud de servicio a los demás, estas intercambiando servicio por poder. El poder que se recibe es una influencia sobre las personas a las que has ayudado, que hace que te conviertas para ellas en un líder, quieren estar contigo, te vuelves importante para ellas, eres como un imán para esas personas, te necesitan, te consultan, te respetan.
La actitud de servicio va siempre unida a una actitud positiva, es por eso que las personas con actitud de servicio a los demás, son personas alegres, optimistas, que esperan siempre lo mejor de la vida
Las personas con actitud de servicio son responsables de sus propias vidas, tienen el control de sus vidas a pesar de las circunstancias. No viven echándole la culpa a los demás de lo que les sucede.
Se puede reaccionar en forma positiva o negativa; las personas responsables de su propia vida eligen reaccionar en forma constructiva, no se dejan influenciar negativamente del ambiente. Son aquellas personas que deciden hacer lo que hay que hacer, a pesar de las circunstancias, y punto.
El servicio a los demás también es un signo de madurez. Las personas con actitud de servicio comprenden todos los beneficios que obtienen al comportarse de esta manera con las demás personas y descubren que es una filosofía de vida, un estilo de vida, el cual es un privilegio alcanzar. Servir a los demás solo se le es dado a los seres grandes.
De todo lo anterior podemos concluir que la actitud de servicio es una marca indeleble de la gente superior, del líder, de la gente iluminada, de las personas con personalidad magnética, del padre y la madre amorosos, del maestro comprometido con su profesión, del estudiante responsable, del empresario triunfador, del empleado  eficaz, es decir todo lo que cualquier persona puede desear: ¡una bendición divina! ¡un privilegio! Reservado solo para los seres superiores.
En 1888 Mahatma Gandhi fue a Inglaterra, donde estudió Derecho. Una vez iba caminando por una calle de Londres y fue sorprendido por un chaparrón de agua. Gandhi empezó a correr para huir de la lluvia y logró refugiarse debajo del alero de un lujoso hotel, ahí se quedó parado mientras pasaba el vendaval. A los pocos minutos apareció una lujosa limosina y de ella salió un magnate inglés, le bajaron las maletas y el coche fue conducido hasta el estacionamiento.
¡Oye tú!, cógeme las maletas, gritó el británico a Gandhi. Gandhi miró hacia los lados y hacia atrás para ver a quién se dirigía el magnate, ¡eh tú, hindú!, repitió el inglés con fuerza, ¡He dicho que me cojas las maletas!
Gandhi se dio cuenta de que era con él a quien hablaba el potentado, y entonces se acercó a cargarlas. El inglés le ordenó que lo siguiera hasta el cuarto piso; él subió por el ascensor y el hindú por las escaleras, porque en esa época los hindúes  eran considerados menos que los demás.
Una vez que Gandhi dejó las maletas en el sitio indicado, se dispuso a retirarse.
¡Mira tú, indio!, ¿Cuánto te debo?, dijo el magnate. Señor, usted no me debe nada, contestó Gandhi cortésmente.
¿Cuánto me vas a cobrar por subirme las maletas?,  insistió el hombre. Señor, repitió Gandhi, yo no voy a cobrarle nada.
¿Tú trabajas aquí?, ¿no? No señor, yo no trabajo aquí; yo estaba en la puerta esperando que dejara de llover para continuar mi camino.
Si tú no trabajas aquí, ¿por qué subiste las maletas? Porque usted me pidió que lo hiciera, y lo hice, dijo Gandhi.
¿Quién eres tú? Yo soy Mohandas Karamchand Gandhi, estudiante de Derecho de la India. Bien, bien... entonces, ¿cuánto me vas a cobrar? Señor ya le dije, no le voy a cobrar nada y nunca pensé en cobrarle, dijo Gandhi.
Si tú no pensabas cobrarme nada por subirme las maletas, dijo nuevamente el inglés, entonces ¿por qué me la subiste? Señor, expresó el futuro Mahatma, yo le subí las maletas a usted por el inmenso placer que me causa el colaborar con los demás, por eso lo hice, porque para mí servir es un placer.
Sin comentarios.
De las relaciones apropiadas con otras personas no nos vamos a extender: Trata a los demás como tú quieres ser tratado,
¿Por qué relaciones apropiadas con la Naturaleza?: La Tierra es nuestra casa, la Tierra nos da la vida, todos los seres que la habitamos estamos unidos a ella y entre nosotros. Inspiramos aire y expiramos dióxido de carbono que necesitan los vegetales. Bebemos agua. Comemos plantas que han crecido en la tierra fértil, absorbiendo lluvia, luz y calor del Sol. Utilizamos los recursos naturales de la Tierra como fuentes de energía.
Sin embargo, nuestro planeta está enfermo. Está afectado por la contaminación, por los residuos, por la lluvia ácida....... En definitiva, por causas generadas por las acciones humanas. Así, la Tierra es un lugar especial, pero frágil, muy frágil. ¡Estamos destruyendo la Tierra!, ¡estamos destruyendo nuestra casa y nuestra despensa!, ¡estamos preparando para nuestros hijos y nietos parajes desérticos, sin agua, sin aire, sin sol! ¡Cuida la Tierra como tu casa, recicla, ahorra energía, cuida del agua, respeta los animales y las plantas! Respetar la Tierra es respetarte tú.
De la meditación, de la oración y del silencio, no es necesario decir nada.
Pasemos en silencio a nuestro espacio de meditación.