El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




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jueves, 18 de agosto de 2022

Diario íntimo de un babau (3)

 

Miércoles 17 de agosto 2022

 Aún estoy rojo como un pimiento morrón por la vergüenza que he pasado debido a una conversación mantenida con mi propio pensamiento. Me ha dejado en evidencia con una de las creencias que yo creía que tengo más arraigadas, la igualdad. Pero vayamos por partes.

Hoy ha amanecido un día normal. Un día típico de agosto en Lima, una neblina muy baja y la garúa mojando, casi sin querer, las calles en su lento y minúsculo caer.

Me he despertado a las 5, como siempre. Da lo mismo que me acueste a las 10 de la noche o a las 2 de la madrugada. Tengo una alarma interior que a las 5 hace que abra los ojos a un nuevo día. Y durante media hora he estado batallando, como cada día, conmigo mismo, para vencer a la pereza y dejar ese refugio tan calentito en el que he pasado las últimas horas. Esa media hora de batalla es muy peligrosa porque corro el peligro de volverme a dormir, sobre todo si me he acostado tarde, y entonces puede ser una pequeña debacle, por todo el trabajo que tengo que hacer durante la primera hora después de levantarme.

Al final he apurado la media hora y a las 5:30 entraba en la ducha. El agua caliente resbalando por mi cuerpo, es el primer placer del nuevo día.

Soy consciente de que las duchas con agua fría tienen un montón de beneficios: fortalecen el sistema inmune, activan la circulación sanguínea, despejan la mente, activan el cuerpo, incrementan la energía, refuerzan el sistema cardiovascular y, algunas más que no recuerdo, pero…, a mí, el agua fría solo me gusta para beber en verano y tener que ducharme con ella me pone de muy mal humor.

Durante una buena temporada en la que enseñaba Kundalini-Yoga y seguía “casi” todos los preceptos que recomendaban los maestros del Kundalini, me duchaba con agua fría. Más que una ducha parecía una carrera contra el tiempo, porque trataba de mojarme todo el cuerpo en el menor tiempo posible. Tengo que reconocer que durante una buena parte del día estaba amargado porque echaba en falta el agua, casi quemando, resbalando por mi cuerpo, sin límite de tiempo.

Ahora no. Disfruto de cada segundo, debajo de la ducha, y de cada gota de agua caliente que va rozando y, a veces, quemando mi cuerpo.

A las 6 estaba fuera, (sí, soy un poco lento. Si me duchara con agua fría estaría listo a las 5:35).

Y ahí comienzo una rutinaria maratón. Organizo mi desayuno y el del niño, (tengo un hijo de 10 años), preparo la lonchera que se lleva al cole, pongo la lavadora en marcha, recojo la ropa seca del día anterior y la preparo para la plancha con la que comienzo cuando vuelvo de mi paseo matinal, desayuno y cuando todo eso está listo despierto al niño.

Durante la siguiente media hora estoy, prácticamente, pendiente de mi hijo: Como se viste, que tal desayuna, si se cepilla bien los dientes y alguna cosa más. Y a las 7:30 le acompaño al colegio.

En 5 minutos llegamos al cole, porque solo tenemos que atravesar dos pistas. Tenemos el colegio enfrente de casa.

Una vez que le he dejado a él me voy a caminar durante una hora. Hoy hacia frío y me mojaba la garúa, pero, aun así, es muy agradable pasear al lado del mar, aunque casi estaba desaparecido por la neblina. A esa hora de la mañana somos 4 caminando y otros 4, más jóvenes, corriendo, por lo que el paseo es una placentera meditación.

He llegado a casa a las 9. La tarea que me espera es tender la ropa, hacer las camas, planchar y cocinar.

Hay dos trabajos de los que tengo asignados en la casa que me fastidian un poquito y hasta se me olvida que tengo que hacerlos. Uno es tender la ropa y el otro lavar los platos.

Ha sido tendiendo la ropa cuando mi propio pensamiento me ha dejado en ridículo.

El tendedero donde tiendo la ropa está en la lavandería, que es un cuarto de 5 metros cuadrados, donde se encuentra la lavadora y un fregadero. El colgador de la ropa se encuentra a 30 centímetros del techo, por lo que para tender la ropa tengo que subirme en una de esas escaleritas de cocina de dos peldaños. Hoy tenía que tender sábanas porque había cambiado las de la cama del niño.

Y ahí estaba yo, con la funda del edredón, haciendo equilibrios en la escalerita, por un lado, para no caerme y, por otro para que la funda no tocara el piso. No conseguía cuadrarla. Cuando jalaba de un lado se descuadraba del otro. Al final lo conseguí y comencé una segunda batalla con la sabana bajera, esa que se ajusta al colchón. Se supone que la sabana es más fácil que la funda del edredón, pero cuando las cosas se complican se puede tropezar hasta con el pensamiento.

Estaba tan incómodo que bajé la sabana, por un momento, y fue entonces cuando lancé una queja, supongo que a la nada o al Universo, porque estaba yo solo en la lavandería.

-     ¡Tú te crees que a estas alturas de mi vida tengo que estar haciendo todo el trabajo que hago en la casa! Se supone que debería de levantarme, tranquilamente, a las 8, encontrarme el desayuno en la mesa, ir a pasear para hacer ejercicio, volver cerca del mediodía, almorzar, dormir una siesta y después leer, escribir, meditar y hacer alguna terapia hasta la hora de la cena, ver un poco de tele y a dormir.

-     Mi pensamiento fue rápido como el rayo- Y todo eso que tu no quieres hacer, ¿Quién lo haría, tu esposa? Tu que eres un defensor de la igualdad en todas sus formas, por razón de sexo, de religión, de pensamiento, de clase social, ¿serias capaz de permitir que tu esposa, además de trabajar fuera de casa, hiciera en el hogar no solo el trabajo que ella tiene asignado, sino también el tuyo?, ¿eres un defensor de la igualdad real o solo de boca para fuera?

Un color se me iba y otro se me venía. Hasta ese momento no había sido consciente de que una queja, como la que yo había hecho, era la demostración palpable de que, en algún rincón, dentro de mí, permanecía alguna energía acumulada que me hacía creer que como era “hombre” y con unos cuantos años encima, debería de vivir como un rajá, siendo servido en todos mis caprichos.

He sido consciente de mi falta de coherencia en el pensar, decir y actuar. De inmediato, me he puesto a cantar un mantra “Ajai alai”, que ayuda a sanar la depresión y la ira, mientras terminaba de tender la ropa.

Después, me he permitido aplazar la plancha durante una hora para sentarme en meditación para conectar con esa energía discriminatoria y machista de la que no tenía conocimiento, para erradicarla, de una vez por todas. Y seguiré hasta que no me enfade tendiendo sabanas.

 



miércoles, 15 de junio de 2016

De "ser humano" a "ser espiritual".

Es momento de dejar de jugar a ser espirituales, ya hemos aprendido las reglas del juego. Ha llegado el momento de incluir la espiritualidad en la vida cotidiana, es momento de trabajar desde la ética de la conciencia, es momento de amar, es momento de sanar de manera total, es momento de compartir, de relacionarse, es momento de practicar y salir de la teoría, es momento de dejar atrás los prejuicios religiosos, es momento de trabajar para dirigirnos a un futuro brillante, feliz, abundante, pleno. Y podemos llegar a ese futuro respetando las reglas del Amor.
         En este momento de cambio vamos a trascender de “ser humano” a “ser espiritual”, y para eso ya no valen ni escuelas ni maestros, ya que la única escuela válida es nuestro interior, nuestra intención, nuestro corazón. Porque no hay nada que aprender, todo está en nosotros, ya tenemos todo el conocimiento de Luz y de Amor, y muchos de nosotros, o ya hemos cambiado nuestra vibración o estamos en pleno proceso.



         En la actualidad el ser humano vive para él, de manera individual, y ha de salir de ese individualismo para atender las necesidades del alma, empezando a desarrollar propósitos simples, para una vez conseguidos continuar con mayores empresas. Pero todo tiene un principio, y ese principio ha de ser observar si existe alguna contradicción entre lo que se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Si no existe coherencia entre los pensamientos, las palabras y los actos, el ser humano se engaña a sí mismo.
         Hay que escuchar al alma y aceptar la verdad, aceptar las cosas que resuenan profundamente en el corazón y en el alma, aceptar lo que impulsa al ser humano a respirar y a sonreír. Hay que separarse de todo aquello que promueve manipulación, especulación o explotación, y no participar en nada que coarte la libertad o lesione el respeto. Hay que actuar de manera honesta, clara, impecable y coherente.
         Y sobre todo ama, siente el Amor, comprométete contigo, únete a tu Ser y no busques más, deja sólo que el Amor te encuentre. Hace tiempo que el Amor te busca, y si tu mente se mantiene en silencio, te va a encontrar, y sobre todo, cuando estés sin expectativas, sentirás, sentirás el Amor, sentirás su fuerza. 

jueves, 11 de febrero de 2016

Y tú ¿Qué quieres ser de mayor?

La vida solo es un momento de nuestra eternidad.

Es seguro que ninguno de nosotros en su paso por la infancia se ha librado de la pregunta: y tú ¿Qué quieres ser de mayor?, de la misma manera que ya de adultos hemos sido nosotros los que nos hemos encargado de hacer la pregunta a los niños.

         Muchas veces no es necesario que se les formule la pregunta a los niños, porque los adultos que les rodean se van encargando de decretar la ocupación de los pequeños, ¡Este niño será veterinario, le encantan los animales!, ¡Se pasa el día cantando, seguro que la niña será cantante!, ¡El niño nos va a sacar de pobres, será futbolista, le pega muy bien a la pelota!, ¡La niña será medico, como su padre!, y así un sinfín de pronósticos para los pequeños.


         Todavía no he escuchado la pregunta, y tengo que reconocer que yo tampoco se la he hecho a ningún niño, aunque si a muchos adultos, ¿Sabes que has venido a hacer?

         De pequeños queremos ser bombero, futbolista, policía o medico, por decir algunas de las respuestas que dan los niños. Y de mayores, la verdad es que nos gustaría ser el presidente del gobierno, el director de un banco, el consejero delegado de una gran multinacional, u ocupaciones parecidas.

         La ocupación que elegimos de niños va en función de la clase de juego que nos gusta, y es perfecto, si a la par de ese juego fuéramos enseñando a los pequeños de qué se trata realmente la vida. Pero nadie lo enseña, porque tampoco casi nadie lo sabe, y entonces de mayores la elección se sigue haciendo en función del juego que más nos gusta: amasar dinero.

         La vida es un momento de nuestra eternidad en el que por las favorabilísimas condiciones que se dan en la materia pueden las almas avanzar con paso de gigante en su encuentro con Dios, que es el objetivo final y único de todas ellas.

         Pero a los seres humanos se nos ha olvidado que solo estamos aquí un “ratito”, que venimos y vamos a Dios, y que esa es la única razón de ese “ratito”. Ese olvido supone creer que estamos aquí para siempre, sin objetivo definido, sin origen conocido, sin ningún tipo de filiación, salvo la que nos encontramos en el “ratito” que estamos en la vida física, con lo cual tenemos que asegurarnos nuestra estancia y nuestro futuro, y eso solo se hace con dinero.

         Cómo ya sabes que quieres ser de mayor: Rico. Ahora sería bueno que te preguntaras si realmente sabes que has venido a hacer. Te sorprendería la tranquilidad que causa saberlo. Sea lo que sea no tiene nada que ver con el dinero, pero para que puedas hacerlo con tranquilidad el dinero nunca te va a faltar.  

         La pregunta es ¿Qué he venido a hacer en este ratito de vida?

lunes, 7 de octubre de 2013

Como amarse a uno mismo (2)


“Las personas que piensan que no son capaces de hacer algo,
no lo harán nunca, aunque tengan las aptitudes”
Indira Gandhi
“Amarse a sí mismo es reconocerse y elogiarse verbalmente.
Es aprobar totalmente las propias acciones.
Estar seguro de las propias habilidades.
Amar el propio cuerpo y admirar la propia belleza”
Sondra Ray
“La religión de todas las personas debería ser la de creer en sí mismas”
Jiddu Krishnamurti
Hacia una buena auto-imagen:
En casi todas las épocas y culturas, la “belleza” ha sido admirada como un don especial. De manera similar, las sociedades se han caracterizado por sancionar la “fealdad”. Las personas somos crueles con aquellas que no reúnen los  cánones de belleza establecidos. Es común ver como los niños se burlan de los gordos, los bajitos, los altos, los narigones, los muy flacos, etc. Los humanos no toleramos los extremos estadísticos.
El juicio estético que la cultura da a la apariencia física, tiene enormes consecuencias para nuestro futuro: Los juicios hacia las personas hermosas son más benignos, somos muy crueles con las personas que no son tan hermosas.
No hay un criterio universal de belleza. El patrón ideal de lo que es hermoso se aprende a través de las experiencias personales y sociales del entorno inmediato. La propia imagen corporal se forma por la influencia de dos fuentes de datos: El ambiente social y los medios de comunicación.
Si la autoafirmación personal gira en torno de la belleza física, esto no solo indica una pobre vida interior, sino una muerte prematura. La necesidad imperiosa de mantener la juventud y la belleza a toda costa, y no entender el encanto de las distintas edades, lleva indefectiblemente a la depresión.
A pesar de que se nos inculque lo que debe ser “hermoso” o “feo”, no significa que sea una verdad absoluta, por lo que cada persona puede decidir su concepto de lo bello.
Me gusto porque me gusto, y punto. Lo importante, no es ser hermoso, sino gustarse a sí mismo. Para lograrlo no es conveniente utilizar criterios rígidos y estrictos.
Mejorando la auto imagen:
1.- Trata de definir tus propios criterios de lo que es bello:
-          No te dejes llevar de la mano por los conocedores. En este tema, nadie sabe nada.
-          No te dejes regañar por tus gustos.
-          Trata de ser una persona espontanea y auténtica cuando elijas.
-          Lo atractivo para ti es una elección que sólo tú puedes hacer.
-          Arriésgate a ensayar e inventar sobre tu arreglo personal.
-          A la pregunta estúpida: ¿Se usa?, simplemente contesta: “No tengo la menor idea”.
-          Arréglate para ti y no para otros.
2.- Descarta la perfección física y los criterios estrictos:
-          No hay un absoluto.
-          Hay gorditos atractivos, delgados insípidos y viceversa. Hay bajitas sensuales, espigadas insulsas y viceversa.
-          No pierdas el tiempo pensando que te falta para ser Afrodita o Apolo. Disfruta lo que tienes y no te exijas lo imposible.
-          La idea de la perfección sólo te llevará a focalizar la atención en tus defectos y a olvidar tus encantos.
3.- Descubre y destaca las cosas que te gustan de ti:
-          Siéntete orgulloso y feliz de tus atributos físicos. No importa si son muchos o pocos, eres afortunado por lo que tienes.
-          No escondas las cosas que te agradan de ti: destácalas, muéstralas y disfrútalas.
-          Nunca pienses que has agotado tus encantos.
-          Explora y te sorprenderás de las cosas atractivas, interesantes, seductoras y sensuales que puedes hallar en ti.
-          Focaliza la atención en las cosas tuyas que te resulten agradables.
4.- Tu auto imagen se transmite a otros:
-          Si te sientes una persona poco interesante y atractiva, darás esa imagen a los demás.
-          La gente te tratará como inadecuada y te hundirás cada vez más en una auto imagen oscura y triste.
-          Rompe el círculo vicioso. En cierta manera, la belleza es una actitud.
-          Los famosos “feos” o “feas atractivas” son el resultado de una actitud positiva hacia sí mismos.
-          Si te auto compadeces, te compadecerán. Si te sientes lástima, inspirarás pesar. Si te ves a ti mismo como desagradable, te rechazarán.
-          La mejor manera de romper el círculo negativo es gustarte.
-          Si te sientes irresistible y atrayente, no cabe duda, serás una persona bella.
-          Prueba a jugar el papel de alguien sin complejos, a ver cómo te sientes.
-          Como un ensayo de conducta, siéntete irresistible con las demás personas e intenta comportarte en esa dirección. El círculo comenzará a quebrantarse.
5.- El aspecto físico es sólo uno de los componentes de tu auto imagen:
-          Ser bien parecido es uno de los tantos requisitos de la atractibilidad. No es el único. Ni siquiera el más importante.
-          El aspecto físico no garantiza todo.
-          Las personas, además de lindas o feas, pueden ser cálidas, amables, inteligentes, tiernas, seductoras, sensuales, interesantes, educadas, alegres, afectuosas, graciosas, etc. Hay personas que poseen magia.
-          Tienes muchas opciones para gustarte. Pregúntate que más tienes fuera de huesos y piel.
6.- No importa que seas o como seas. Si realmente te agradas y te gustas, siempre encontrarás alguien que guste de ti:
-          El auto desagrado inmoviliza.
-          Las personas que no se gustan anticipan el rechazo y evitan la gente.
o   Muestran miedo a la evaluación negativa y ansiedad social.
o   Viven con un alto nivel de frustración por considerar casi imposible que alguien se sienta atraído por ellas.
o   No intentan la coquetería y la seducción porque se consideran ridículas en ese plan.
o   Nunca dan el primer paso, y si alguien se acerca lo ahuyentan con sus inseguridades y prevenciones.
-          Gustarse es abrir los horizontes afectivos y aumentar las posibilidades de conocer gente.
 

domingo, 1 de septiembre de 2013

Iluminación. ¿Qué es?, ¿Cómo conseguirla?


            Es seguro que todos los que estáis leyendo esto habéis hablado en más de una ocasión de la iluminación, de que es, de cómo conseguirla, del punto del camino hacia ella en que nos encontramos. Y para resolver todas esas incógnitas, unos leen, otros preguntan, otros experimentan, depende de la cualidad de cada persona, porque hay tantas maneras como personas, para llegar a la iluminación.
            Es posible que alguien crea que la iluminación es algo sobrenatural, que sólo pueden conseguir seres excepcionales. No es cierto. Somos los humanos los únicos que podemos alcanzarla, precisamente porque no la tenemos, y todos podemos llegar a ella, no es necesario ser un superhumano, porque la iluminación es un estado interior, es conectar con la esencia divina, es un estado de paz, armonía, felicidad, amor; y todo esto lo puede conseguir cualquiera. Sólo hay que desearlo realmente, y partiendo de ese deseo trabajar para conseguirlo. Buda dice que la iluminación es el fin del sufrimiento, porque eso es lo que se consigue cuando se conecta con la propia esencia, cuando se vive la vida desde la propia divinidad.
            Lo que sí es claro es que no va a llegar de manera espontanea, hay que trabajar para conseguirla, no queda más remedio.
            Todos vamos a llegar a ella, unos antes y otros después. Ese es el trabajo que nos ata a la rueda de reencarnaciones. Unos necesitarán más reencarnaciones que otros, pero al final del camino en la materia está la tan comentada y deseada iluminación. Aunque ese deseo, para muchos, es mera palabrería, ya que quien realmente desea alcanzarla, lo puede hacer en poco tiempo:
- Sólo tiene que vivir el Amor en todo momento.
- Vivir para los demás, porque es dando que recibimos.
- Vivir el presente, recordando que todo está bien.
- Vivir en un estado de silencio interior, aunque en el exterior solo haya algarabía.
- No juzgar ni criticar a los demás, ni de pensamiento ni de palabra.
            La iluminación es como el cuento del tesoro que narra Echart Tolle: Un mendigo había estado sentado a la orilla de un camino durante más de 30 años. Un día pasó por allí un extraño. “¿Tienes algunas monedas?”, murmuró el mendigo, estirando mecánicamente el brazo con su vieja gorra. “No tengo nada que darte”, respondió el extraño. Y luego preguntó, “¿Qué es eso sobre lo que estás sentado?”. “Nada”, replicó el mendigo, “sólo una caja vieja. He estado sentado sobre ella desde que tengo memoria”. “¿Alguna vez has mirado en su interior?”, preguntó el extraño. “No”, respondió el mendigo, “¿Para qué? No hay nada adentro”. “Echa una ojeada”, insistió el extraño. El mendigo logró entreabrir la tapa. Para su asombro, incredulidad y euforia, descubrió que la caja estaba llena de oro.
 

sábado, 24 de agosto de 2013

Es la Voluntad de Dios


            Es posible que pise un terreno resbaladizo con esta entrada, pero hace tiempo que ronda por mi cabeza, lo cual es señal de que debía dejar que transitara desde la cabeza hasta el blog. Si no lo hiciera estaría ocupando un espacio en mi mente, sin dejar que otras ideas ocuparan el lugar correspondiente. Así que le pido a Dios toda la iluminación que decida concederme para explicar lo más claro y sencillo posible el batiburrillo de ideas que aparecen en mi mente sobre Su Voluntad, sobre la Voluntad de Dios.
            Estamos cansados de escuchar y de decir “Es la Voluntad de Dios”, sobre todo cuando algo malo sucede, una enfermedad, un accidente, una muerte, etc. Siempre es la Voluntad de Dios. Sin embargo, cuando lo que sucede es bueno, porque toca la lotería, porque se asciende en el trabajo, entonces es cuestión de valía personal o de suerte.
            Y, sin embargo, tanto los sucesos que calificamos como malos, como los que calificamos como buenos, son idénticos, ya que la calificación sólo proviene de nuestra propia apreciación, de nuestra mente, ambos son Voluntad de Dios, porque todo es Voluntad de Dios.
            Llegados a este punto se me ocurre pensar, y seguro que a vosotros también: “Si todo es Voluntad de Dios, ¿Cómo puede ser su Voluntad tantos asesinatos, tantas enfermedades, tantas guerras, tanta miseria, tanta hambre, tanto dolor?
            Con nuestra mente, potentísima, pero infinitamente diminuta comparada con la Mente de Dios, no podemos llegar a entender ninguno de los Aspectos Divinos, y entre estos aspectos se encuentra la Voluntad de Dios. Aunque nos lo explicaran de la manera más clara posible, no lo entenderíamos, porque es como si lo hicieran en un idioma totalmente desconocido para nosotros, o como si explicaran la fuerza de la gravedad a un bebé de dos meses. Es imposible llegar a entender una millonésima parte de la Grandeza de Dios.
            Los seres humanos solo podemos entender desde nuestra mente, e intentamos entender la Voluntad Divina desde el conocimiento que tenemos de nuestra propia voluntad. La voluntad humana es la facultad de decidir y de ordenar la propia conducta, y esta voluntad interviene para tener la fuerza necesaria para realizar una serie de acciones, y conseguir así una meta.
            Pues bien, lo que los seres humanos entendemos por voluntad, no es, para nada, comparable con la Voluntad Divina. La Voluntad Divina, es lo mismo que el Poder Divino, o el Plan Divino, o la Verdad. La Voluntad de Dios es que todos los seres humanos seamos felices, que todos alcancemos la Verdad cuanto antes mejor, pero en contra de lo que es la voluntad humana, en la que se tiene la fuerza para poner todos los medios al alcance de la persona para conseguirlo, Él no va a mover ni un solo dedo, (permitirme que lo exprese de esta manera), para que así sea, porque Su Voluntad es, el respeto por nuestra libertad o por nuestro libre albedrío.
Y, cuando ante hechos que para nosotros pueden ser trágicos y dolorosos, levantamos los ojos cielo y preguntamos ¿Por qué Dios mío?, ¿Por qué a mí?, ¿Por qué ahora?, lo que debemos hacer es conectar con nuestro corazón, aceptar la situación, (que no quiere decir que no pongamos todos los medios a nuestro alcance para que se solucione lo que parece un problema), y decir “hágase Tu Voluntad”, porque la Voluntad de Dios no es más que el reflejo de nuestro propio “plan de vida”.
Tengo que confesar, que esto que tengo tan claro y que me cuesta tan poco explicar, no está integrado al cien por cien en mi, y a veces, también cuestiono las Maneras de Dios, olvidándome que son las mías propias. Afortunadamente, en algún momento del mismo día llega a mí la verdad, y vuelvo a mi centro.
Cuanto sientas lo mismo, cuando creas que Dios te ha abandonado a tu suerte o que es injusto contigo, respira, lleva la atención a tu corazón, y en poco tiempo sentirás la presencia de Dios y como su mano te acaricia dulcemente, dándote a entender de que comprende tu desesperación y de que está a tu lado, esperando que tu dolor se trueque en paz y en serenidad, sabiendo que cuando llegue ese momento te vas a olvidar de Él y de darle las gracias por su compañía.  

 

miércoles, 2 de enero de 2013

Moneda de cambio


            Siempre nos devuelven el cambio con la misma moneda. Y la misma norma también es aplicable a los cambios emocionales.
            Esa es la razón por la que casi todo el mundo nos trata de la misma manera, diferente de como tratan a otras personas, a las que curiosamente, también todo el mundo coincide en el trato.
            Hay personas a las que se trata con respeto, a otras con desprecio, a otras de manera agresiva, a otras se las ignora, etc., etc., y un buen número de personas coincide en esa forma de trato.
            No es más que la moneda de cambio. La persona a la que se trata con respeto, es, sencillamente, porque se hace respetar; a la que se trata con miedo, es porque eso es lo que inspira, y así sucesivamente, cada persona recibe el trato que merece. Su carta de presentación es la energía que emana, es la energía que la envuelve, y es esa energía lo primero que perciben las personas con las que nos vamos encontrando, es nuestra seña de identidad, es como si fuéramos reclamando un trato determinado.
            De nada vale que la persona triste se ponga la máscara de la alegría, porque la energía que emana no se puede disimular, es de tristeza, por lo que las personas que interaccionan con ella es eso lo que reciben, tristeza, y su reacción inconsciente es responder a lo que recibe, es responder a lo que trata de esconder la máscara.
            Por lo tanto, si el trato que recibes de las personas con las que te vas encontrando, no es lo que deseas, no culpes a los otros, la culpa sólo es tuya. Responden a lo que sale de ti. Si quieres que las personas te traten de diferente manera, sólo has de cambiar tu energía.
            Para ello, observa como es el trato hacia ti de la generalidad de personas que te rodea y comparte tu vida. Es muy posible que creas que el trato que recibes es injusto. No lo es, es lo que estás pidiendo, y si deseas un cambio, en tus manos está modificarlo.
            Analiza “que” y “como” lo recibes, y a partir de ese momento permanece atento a tus pensamientos. Podrás comprobar que en tus hábitos de pensamiento se encuentra la razón primordial del trato que recibes. ¡Cámbialo!, de manera consciente. Respétate a ti mismo, valórate, amate, para que así, los demás, te amen, te valoren y te respeten.
            Ya sé que hay personas que parecen intratables, pero si las observas detenidamente podrás comprobar que la falta de autoestima, o el miedo, o el orgullo, o la soledad, o la tristeza, o las ansias de poder, etc., etc., es lo que permanece de manera permanente en su pensamiento, por lo que la energía que les envuelve, no deja penetrar otras energías. No son conscientes de la vida que fluye a su través y a su alrededor.
            Con estas personas, que parecen intratables, también se puede conseguir que modifiquen su trato. ¡Bendícelas!, bendícelas casi de manera permanente. La energía de la bendición es amor en estado puro, es amor divino, y no hay nada que pueda resistirse a la energía del amor. De esta manera, se crea una conexión de amor entre tu corazón y el suyo, (de momento mientras dura la bendición, pero que se irá fortaleciendo a medida que bendices), que va a hacer que su trato hacia ti sea amable, muy diferente con el que castiga al resto de los mortales.
            Recuerda, “todo es técnica”, esto también, y como cualquier técnica, para conseguir la maestría, necesita de voluntad, trabajo y paciencia.
            Se voluntarioso, trabajador y paciente, y te sorprenderán los resultados.
 

sábado, 31 de marzo de 2012

Solo meditar no es suficiente

                La meditación por sí sola no es suficiente para avanzar de manera rápida y segura en el camino de evolución y de crecimiento interior.

La meditación es un abono, es como cuando abonamos un campo en el que no se ha realizado ningún trabajo previo, lo mismo crecen más fuertes las buenas hierbas que las malas. Para que el abono sea fructífero y se pueda obtener un buen rendimiento al campo, antes de abonar, se ha de limpiar el campo de las malas hierbas, para que así, solamente las buenas hierbas crezcan sanas y fuertes con el abono.
De igual manera actúa la meditación, incrementa la energía del campo energético del meditador, y lógicamente de sus chakras, que son una parte de ese campo, pero se incrementan, en la misma medida, tanto las energías positivas como las energías negativas. Por lo tanto se ha de limpiar el campo energético de energías negativas, de la misma manera que se quitan las malas hierbas del campo que se va a abonar, para que sólo sean abonadas las energías positivas.
Es cierto que hay algunas meditaciones en las que se puede ir limpiando las energías negativas del cuerpo energético a la vez que se energiza este. En unas se pueden trabajar todos los chakras, en otras se trabaja chakra a chakra, y en otras se trabajan ciertos aspectos del carácter de la persona para eliminar en concreto ciertas energías negativas.
Pero, posiblemente sea más rápido ser conscientes de cuáles son las energías negativas, (rabia, miedo, orgullo, ira, falta de amor, tristeza, pereza, apego al dinero, apego al poder, egoísmo, agresividad, etc.), que están entorpeciendo el proceso de crecimiento, para trabajar específicamente en ellas y conseguir así, su eliminación.
Para poder trabajar en las energías negativas, lo primero y principal es ser consciente de que están ahí. Difícilmente se podrá eliminar algo de lo que no se tiene conocimiento. Conocer y aceptar que se está en posesión de una energía negativa, es decir, de un defecto, es un signo de valentía tan grande que es el primer paso para su eliminación. La sola aceptación del defecto elimina una buena parte de su energía. El resto se ha de eliminar aplicando en la vida diaria, de manera consciente, la virtud opuesta, hasta que la energía de la virtud elimine totalmente la energía del defecto. Para ayudar en este trabajo se pueden realizar meditaciones específicas, que existen en muchas filosofías o yogas, para la eliminación del defecto en cuestión, y también se puede acudir a algún terapeuta, que ayude con alguna sesión de sanación.
Se ha de poner una especial atención, y ser totalmente honestos a la hora de cuantificar los defectos con los que se va a trabajar, porque pueden estar tan arraigados en la persona y ser una característica tan importante de su carácter, que la misma persona puede presumir de su defecto como si de una virtud se tratara, con lo que en su inconsciencia, va a meditar años y años, sin conseguir avanzar ni un milímetro en su evolución, o hacerlo tan lentamente que es como si no se moviera.

martes, 28 de febrero de 2012

El espíritu de Acuario

            De la misma manera que nosotros coexistimos en dos planos: Material y espiritual, hay otros seres que ya han abandonado el plano material, y se encuentran únicamente en el plano espiritual, sin cuerpo físico.

            Estos seres están tan vivos, no, tanto no, más vivos que nosotros, ya que ellos sí que están viviendo la auténtica realidad, la realidad del Amor, mientras que la nuestra está distorsionada por la propia mente, que nos arrastra, entre otras cosas, al deseo, al apego, al egoísmo, al miedo; muy lejos de “la fraternidad”, “el servicio desinteresado”, “la solidaridad” y “la unión”, que son las características del espíritu de la Era de Acuario, por la que estamos iniciando el transito, junto con nuestro planeta.
            Es muy curiosa la inconsistencia y la falsedad, muy posiblemente inconsciente, de muchos de nuestros contemporáneos, ya que conociendo de manera perfecta la teoría de que somos seres divinos, de que nuestro cuerpo físico es el vehículo de nuestra divinidad, siguen apegados total y absolutamente a la materia. La inconsistencia entre lo que hacen, lo que dicen y lo que piensan es total, potenciando un auto-engaño absoluto. Auto-engaño porque predican una cosa y hacen totalmente la contraria; leen libros de autoayuda repitiendo como loros frases de esos libros, sin llevar a la práctica la enseñanza real de esas frases; se quejan de la desigualdad, cuando ellos la potencian con su manera de vivir, en lugar de remediar ellos la desigualdad que está al alcance de su mano; y así, mil cosas más.
            Los seres que están al otro lado de la materia, ya intentan ayudarles, pero no pueden con tanta falsedad como les envuelve. La energía de sus emociones, de sus pensamientos, y de sus palabras, les impide vibrar en una sintonía un poco acorde con la de los seres que les están intentando ayudar.
            Hay algunas claves que se pueden seguir para cambiar la sintonía de la propia energía:
-          Ser sinceros y honestos: En la sinceridad y la honestidad se igualan loa pensamientos, las palabras y las acciones. Ya no hay inconsistencia, ya no hay falsedad.

-          Evitar el auto-engaño: Hay que permanecer alerta de manera permanente. La mente utiliza millones de estrategias para convencerte de que lo estás haciendo bien.

-          Discernir lo verdadero de lo falso: Casi todo lo que presenta la sociedad, es ilusión, es falso, es un sueño, porque sólo es un reflejo de las propias mentes que conforman esa sociedad, y en esas mentes solo hay cabida para la desigualdad, para el egoísmo, para la desunión. Políticos y religiosos se encargan de fomentar la desigualdad y la desunión, inculcando falsos valores sobre la patria o la religión. Los verdaderos valores son la unión, la hermandad, la solidaridad o el amor. Nuestra patria es el Universo, nuestro idioma es el Amor, nuestro Dios es el mismo para todos, y se encuentra tanto en la catedral, en la pagoda, en el castillo y en la choza, como en el corazón de todas las personas.

-          Abandonar la pereza: El crecimiento interior y el fortalecimiento del carácter, no lo va a dar nadie más que uno mismo con su propio trabajo interno. Ni libros, ni gurús, van a hacer que se avance ni un ápice en el propio crecimiento. Hay una cita que dice: “El maestro abre la puerta, pero es el alumno el que ha de traspasar el umbral”.

-           Aceptar la vida tal cual es: Aceptar los obstáculos, aceptar las crisis, aceptar los desafíos, porque son, gracias a ellos, como vamos a avanzar y a crecer, son ellos los que fomentan la conexión con nosotros mismos y con Dios. 

-          Selecciona a las personas con las que te relacionas: Hay mucho fariseo, hay mucho charlatán, que por mucho que se anuncien, están muy lejos de la Luz. Recuerda: ¡Por sus hechos los conoceréis!, mucho más que por sus palabras. Para evolucionar es bueno encontrar a personas que estén vibrando en un nivel alto de evolución, no que ellos digan que están vibrando en tal o cual sintonía. Obsérvalos, observa sus acciones, observa su amor, observa su caridad, observa su falta de juicios, observa su honestidad, observa su solidaridad. 

-          Practica la humildad: En nuestro nivel, ninguno de nosotros está exento de vanidad. Posiblemente sea una de las mayores batallas que todos tenemos que librar, en mayor o menor medida

-          No explotar a nadie, no manipular, no especular: Respeta a cada persona como te gustaría que te respetaran a ti. Respeta su proceso. Ni tan siquiera les ayudes, si no desean la ayuda. Ten en cuenta una máxima: Trata a todos como te gusta ser tratado.