El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




miércoles, 6 de abril de 2016

Reflexiones con Dios

REFLEXIONES CON DIOS

O

REFLEXIONES AL BORDE DE LA LOCURA


         Cada mañana, al tomar nuevamente contacto con mi conciencia, antes de abrir los ojos y todavía embriagado por el néctar del alma, mantengo desde mi cuerpo mi primera conversación del día con Dios. Aunque no sé muy bien si definirla como conversación, porque está claro que una conversación es una interacción entre al menos dos, y en este caso Dios no parece colaborar mucho y permanece muy callado, creo que mejor tendría que llamarlo monólogo, ya que a esa hora del amanecer, (suelen ser entre las cuatro y media y las cinco de la mañana), no soy muy consciente de las contestaciones de Dios, porque yo creo que contestar contesta siempre, esa es al menos otra de mis reflexiones.



Reflexión 1: Saludar a Dios.   
  
Si, ya sé que la palabra de Dios no se escucha habitualmente, o al menos no se escucha el sonido, pero se puede sentir una energía especial, o puede aparecer como un pensamiento, que en mi caso, de sobra sé que no es mío, pero no, a esa hora hablo solo, no hay ni energía ni pensamiento, aunque también puede existir otra posibilidad: el que esté aun tan adormilado que no sea consciente de las contestaciones de Dios.

         Sea lo que sea, conversación o monologo, en ese momento mágico de la noche, cuando aún casi todos duermen, me apetece darle los buenos días a Dios. A veces me siento ridículo o loco saludando a Dios: “Buenos días Señor, pues ya estoy aquí otra vez. Un nuevo día..., aunque para los que estáis a ese otro lado os debe dar igual que amanezca o no. Ya sabes cuanto me gustaría saber como se percibirá el “no tiempo” al otro lado de la vida. Claro como no dormís no tenéis días ni noches, o ¿Será que no anochece porque todo es Luz?, algún día me lo contarás.....,  ¡Realmente tengo muchas ganas de ver cómo se vive a ese otro lado Señor!, aunque sé que cuando llegue el momento lo veré como algo normal y conocido, algo así como cuando vuelves de un viaje y tienes muchas ganas de llegar a casa, y cuando llegas todo es conocido y dejándote caer en el sofá te dices en tu interior: ¡al fin en casa!......, Vamos a ver que nos hemos preparado para este día……, He dormido bien, muy bien, como siempre, y no soy consciente de lo que he soñado, así que ¡gracias!, ¡gracias por la noche!, ¡gracias por tener una cama!, ¡gracias por la casa!, ¡gracias porque todos en casa hemos pasado una noche tranquila!....., ¡te ofrezco este nuevo día!, aunque ya sé que es cosa mía, me quedo más tranquilo si lo pongo en Tus manos, así que ayúdame para estar consciente, para saber salir de los pensamientos circulares, para tener paciencia, para dejar la soberbia en la cama, y dejar también los miedos y las dudas, para disfrutar cada minuto, para vivir, para vivir en Ti…., ¡Que Tú también tengas un buen día, yo te bendigo con amor!

         Cuando lo digo cada día me siento un poco loco, pero ahora que además lo comparto y te lo cuento me estoy sintiendo más loco todavía. Pero en realidad...., ¡a mi que más me da lo que tú pienses!, a mi no me va a cambiar tu pensamiento ni para mejor ni para peor.  

         Me apetece contarte cual es mi objetivo de vida: Solo es uno, sentir a Dios cada segundo. Así que si hablo con Él es seguro que lo voy a sentir en mí. A lo largo del día como ya te contaré en las próximas reflexiones, cuando me uno a Él con mis monólogos, no me da tiempo a pensar nada malo, y mucho menos hacer nada malo, todo Es Dios.

         Al final cuando bendigo a Dios y le deseo buen día, a veces, le sigue el pensamiento “seré loco, bendecir y desear buen día a Dios”. Pero enseguida reacciono. ¿No es señal de buena educación y de respeto saludar?, ¿Que pasa, que Dios no se merece nuestro respeto?, porque aunque trate de mostrar ese respeto a lo largo del día, como recién el día se inicia, la mejor manera de demostrar mi respeto a Dios es saludando. Otros pueden pensar que sería mejor orar, o cantar un mantra, o leer un pasaje de tu libro sagrado favorito. Lo que pasa es que nunca me han gustado los intermediarios y prefiero tratar con el Jefe en persona, y oraciones, mantras o libros no dejan de ser símbolos de credos y religiones de los que tengo serias dudas de si le trasladan a Dios mis respetos.

       Y en cuanto a la bendición, ¿No decimos “Bendito sea Dios”?, pues que mejor que ahondar en esa bendición enviándole la nuestra.

       En fin, sólo son mis reflexiones. ¡Bendito seas!, ¡Que tengas un buen día, o una buena noche!



       

No hay comentarios:

Publicar un comentario