El viaje del alma

El alma no tiene raza, no tiene religión, solo conoce el Amor y la Compasión.
Todos somos seres divinos, hace miles de años que lo sabemos, pero nos hemos olvidado y,
para volver a casa tenemos que recordar el camino. BRIAN WEISS




jueves, 10 de marzo de 2011

Meditación para despertar al amor

            Nuestra mente es como un carruaje tirado por cuatro caballos, en el que cada uno tira en una dirección distinta, y el ego, que es el cochero que debe guiar el carruaje, está dormido. Y en ese dormir no es consciente del camino por el que transita el carruaje, un camino de egoísmo, un camino de ignorancia, un camino de miedo, un camino de dolor.
            Ni tan siquiera es consciente el ego de que está dormido, y cree en su vida de sueño que crear bellos poemas, que pintar bonitos paisajes, que realizar profundas reflexiones, que mantener un alto coeficiente de inteligencia o razonar sobre el sexo de los ángeles, es un signo de madurez y sabiduría, cuando no es más que el camino por el que transita uno de los caballos producto de la mente infantil.
            La naturaleza esencial del ser humano no es su mente, porque la mente sólo es el instrumento del cuerpo, y el cuerpo es caduco, es perecedero, es algo que abandonamos en el momento de la muerte. Pero ¿Quién abandona al cuerpo?......., el alma….., el alma que es nuestra verdadera naturaleza, el alma que es nuestra esencia, el alma que es inmortal, el alma que es amor, que es alegría, que es paz.
            El despertar del ego sólo es madurar, sólo es abandonar la mentalidad infantil y coger las riendas de la propia vida y dejar de dar bandazos en función de los acontecimientos, es coger las riendas del carruaje para conducir los caballos al unísono por el camino del amor. El amor es el alimento que necesita el alma para crecer y desarrollarse, el amor es la respuesta a todas las incógnitas, el amor sana, el amor transforma, y a más amor, más conciencia; y es justamente esa conciencia la que nos va a ayudar a saber quiénes somos realmente y cuál es nuestra verdadera esencia.
            Todo es conciencia, y nuestra conciencia, mientras estamos dormidos nos impide relacionarnos con los demás seres de forma compasiva, de forma completa, nuestra relación con ellos será a través del egoísmo, de los deseos, de la ignorancia, del miedo o del dolor, ya que la falta de amor y comprensión nos separa de los demás seres humanos, y mucho más si todos vivimos desde ese ego dormido.
            Hemos de despertar y transitar por el camino del amor, ya que donde hay amor hay comprensión y fe. Cada acción, por sencilla que sea, afecta a los demás, y podemos hacer que el mundo cambie, solamente cambiando nosotros. No esperemos que empiece a cambiar el vecino, hagámoslo nosotros, con nuestro cambio cambiará nuestro entorno. Con nuestras muestras de amor, de fe y de comprensión, impregnaremos a nuestro entorno de una mayor conciencia, lo impregnaremos de amor, y el amor se expande a través del aire como lo hace el humo. Llena tu mundo de amor.
            Meditación para despertar al Amor
-          Siéntate en tu espacio de meditación.
-          Los ojos cerrados.
-          Las manos apoyadas en los muslos con las palmas hacia arriba.
-          Empieza a ser consciente de la respiración.
-          Respira por la nariz, y lleva la respiración abajo, al abdomen.
-          En las primeras respiraciones alarga de manera consciente la exhalación, y con cada exhalación, permite que se vaya relajando tu cuerpo, permite que vayan saliendo todas las tensiones.
-          Siente como la respiración cada vez es más lenta y el cuerpo está, cada vez,  más relajado.
-          Pide ayuda: A Dios, a los Maestros, a tus guías, a los ángeles.
-          Ofrece los beneficios de tu meditación, a quien te apetezca, por ejemplo, envía la energía de tu meditación a los lugares donde hay guerras, donde se padece hambre, donde existe discriminación por razón de raza, de sexo, de creencias religiosas, ofrece los beneficios de tu meditación para que no haya ningún niño en el mundo sin una mano amiga que le guie en su crecimiento, etc.
-          Visualiza delante de ti a la persona por la que sientas más amor.
-          Siente el amor que te impregna sólo por mantener en la mente la imagen de esa persona.
-          Siente como esa emoción se manifiesta en tu cuerpo.
-          Siente la energía del amor impregnando cada órgano, cada músculo, cada tejido, cada célula.
-          Permanece un tiempo, y cuando sientas la emoción del amor en todo tu cuerpo, trae a tu mente, la imagen de una persona neutral, por la que no sientas ni amor ni odio.  
-          Mantén la imagen de las dos personas juntas, y piensa que esa persona no es distinta de la otra por la que sientes amor.
-          Piensa que las dos personas tienen la misma esencia, las dos son almas, la diferencia entre ellas sólo está en tu mente. Puede ser que ames a la primera porque sea familia o amigo, pero la familiaridad y la amistad es algo de este tramo de vida, de este tramo de eternidad.
-          Tu relación con ambas va a perdurar después de esta vida.
-          Lleva la atención a tu corazón y date permiso para sentir amor por ambas. Será un amor distinto, porque nace del corazón y no de la razón.
-          Mantén las dos imágenes hasta que sientas como empieza a invadirte la energía del amor.
-          Cuando eso suceda, añade una nueva imagen al lado de las dos primeras, en este caso que sea una persona a la que odies, o que no soportes.
-          Sigue el mismo proceso. Lo que no soportas, lo que odias, sólo es algo del cuerpo. Esa persona también es un alma, y como todas las almas, es amor, es compasión, es paz, es alegría.
-          Date permiso para que el amor que sentías por las dos primeras embargue también a la tercera.
-          Mantente en tu corazón, no permitas que el caballo desbocado de la mente te lleve por otro camino que no sea el del amor, el camino de la conciencia pura.
-          Y cuando empiece a desaparecer el odio, coloca tu propia imagen junto a las tres anteriores.
-          Formar un circulo cogidos de las manos y visualiza como sale un rayo de luz de vuestros corazones, juntándose en el centro, formando una bola de energía blanca y brillante.
-          Permite que esa bola de energía crezca y crezca hasta envolveros a los cuatro en esa luz brillante, y visualiza como esa luz blanca se va convirtiendo en una energía dorada.
-          Es la energía del Amor puro, del Amor divino.
-          Mantente en meditación sintiendo ese amor todo el tiempo que te apetezca.
-          Y antes de dar por concluida tu meditación, acuérdate de agradecer la ayuda que has recibido de Dios, de los Maestros, de tus guías, de los ángeles.
-          Y termina dejando que se desvanezcan las imágenes, y respira más profundamente alargando la inspiración.
Es posible que con una sola meditación no notes nada, es normal. Tu corazón no está acostumbrado a sentir el amor, sólo está acostumbrado a razonar el amor, a sentirlo desde la mente, persevera. Recuerda, VOLUNTAD, TRABAJO y PACIENCIA.


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